Ayer, por la mañana, el Cuerpo de Bomberos de Quito informaba que, tras 72 horas de continua labor, se había controlado el incendio forestal registrado en el cerro Casitagua, en la zona de Pomasqui, en el noroccidente de Quito, que se inició el pasado martes, y que requirió de tractores para abrir camino para los carros de bomberos y cuatro helicópteros para descargar agua sobre las líneas de fuego que se propagaban con el viento, así como un contingente de al menos 400 personas, entre bomberos de una docena de ciudades, miembros de la Policía, Ejército y Ministerio del Ambiente.
En la zona afectada, unos 150 efectivos continuaban realizando tareas de liquidación para limitar focos de fuego que pudieran reavivarse. Y hasta el domingo se prevé el monitoreo por aire y tierra con helicópteros y drones con cámaras térmicas.
Una estimación preliminar de la Unidad de Investigación de Incendios de la entidad bomberil señala que habría sido provocado el incendio en el que se quemaron 280 hectáreas del cerro Casitagua, pues no hubo una fuente natural para su inicio. Quizás no se logre determinar quién lo originó, pero sí se deberá reforzar la tarea de prevención y educación para evitar acciones que pudieran acarrear otros desastres similares. (O)