La metamorfosis está completa: ahora sí el ministro Iván Granda puede decir que ya se siente Correa.

Granda ahora está, nuevamente, en el centro de la polémica: la primera fue cuando el entonces subsecretario anticorrupción infructuosamente intentaba defenderse de las acusaciones en su contra, y la de su pareja María Paula Romo, señalados por irse de vacaciones a bordo de un helicóptero policial desde Salinas hasta Esmeraldas. Que por qué no fueron en un vuelo fletado, pagado de su bolsillo, le dijo el periodista. Porque no tenemos dinero, “acaso somos Correa”, respondió el acusado. Y el país entero, en medio de la indignación, mordió carcajadas.

Segundo acto: el actual ministro de Inclusión Económica y Social –Granda saltó a la arena política en 2014 como concejal del cantón Cuenca por el movimiento Alianza PAIS, del cual era su director provincial– sale a la esfera pública a anunciar que ha contratado los servicios de un circo por dos millones cuatrocientos mil dólares ($2 400 000) para promocionar los programas sociales del Gobierno de su actual coideario Lenín Moreno, o sea, el mismo de su época de concejal.

Y las alertas sonaron de nuevo: ¿todo ese dinero para promocionar la política social de un presidente que tiene 4 % de aceptación nacional, según reportes de prensa? Digo, ni así las cifras de la aceptación del Gobierno estuvieran tan en rojo, sería necesario gastar tanto dinero en esta “estrategia de comunicación alternativa”.

Un contrato resuelto en el denominado régimen especial le permitió al incorruptible Granda firmar la resolución de adjudicación del contrato tan solo 20 días antes de que lanzaran el proyecto. Y ahora tratan de validarlo y defenderlo en medio de una crisis social y económica de los ecuatorianos con altísimas cifras de desempleo, llamándola “estrategia alternativa de comunicación”. Para cumplir con la “estrategia” se harán 450 presentaciones con un costo que supera los cinco mil dólares cada una.

Granda con vehemencia dirá que esta no es una payasada, ni él un payaso; pero hay otras historias que vinculan a otros payasos y al mismo dueño del circo en desatinos circenses similares: “Fue el proyecto bandera del presidente Lenín Moreno mientras ejerció la Vicepresidencia de la República. Se trataba de crear, con dinero del Estado, una serie de circos en donde jóvenes ecuatorianos, que hacían malabares en las calles de las principales ciudades de nuestro país, obtendrían un empleo digno. Más de cuatro millones de dólares fueron destinados a gastos del proyecto”. La cita corresponde a una investigación periodística de Plan V sobre un programa del entonces vicepresidente Lenín Moreno y su proyecto emblemático El Circo Social.

Según esta publicación, que confirma que las decisiones onerosamente circenses –y pobres en resultados– no son nuevas entre quienes están al frente del Ejecutivo, la Contraloría reveló que el proyecto nunca despegó, se hicieron gastos en estrategias de comunicación que nunca fueron ejecutadas y una única función que se ha dado costó más de $500 000.

Estrategias de comunicación, funciones circenses, despilfarro de dinero, carpas que nunca se instalaron, una historia con evidentes símiles, como para que los involucrados puedan sostener con convicción: ya somos Correa. (O)