Las cifras oficiales, emitidas en el informe matutino de ayer, situaban en 1595 los contagiados por COVID-19 y los fallecidos se mantenían en 36, con base en los casos conocidos y contabilizados dentro del sistema de salud pública. Sin embargo, ocurren otros decesos en los domicilios, cuya evacuación es compleja debido a que el habitual levantamiento de cadáveres requiere un protocolo que en estos momentos no es posible cumplir por el toque de queda y la prohibición de traslados interprovinciales.

Adicionalmente, el protocolo recomendado para el tratamiento de los cuerpos de personas que fallecen por COVID-19 incluye la obligatoriedad de cremación, pero esto no podrá cumplirse en todas las localidades porque solo tres ciudades del país cuentan con ese servicio y la cantidad de cuerpos excederá su capacidad operativa. Por ello se gestiona crear una fosa común en un panteón de Guayaquil para los fallecidos por coronavirus, y luego se construirá un mausoleo en honor a las víctimas.

La crisis sanitaria que afronta Ecuador, como tantos otros países del orbe, conlleva tomar decisiones drásticas que generan inconformidad para un sector, pero pretenden evitar un mal mayor para la población en conjunto. Es importante hacer un esfuerzo por comprender la dimensión del problema y colaborar de la mejor manera posible. (O)