Durante el año 2020, la pandemia de COVID-19 atravesó todos los ámbitos de interacción en el planeta, y el 2021 no será diferente. La Organización Mundial de la Salud prevé que en el año que discurre quizás no se logre vacunar al mismo ritmo, en todos los países, para lograr que la pandemia ceda y la humanidad vuelva a la normalidad.

A la vez, la búsqueda de respuestas alimenta la sobreabundancia de información sobre el COVID-19. Este fenómeno, denominado infodemia, ocasiona que mucha gente, sin distinguir lo que es digno de crédito de lo que no lo es, consuma y replique contenidos sin importar las fuentes que los emiten, lo que es aprovechado por personas inescrupulosas para promocionar productos que no tienen respaldo científico y venderlos a través de las redes sociales, constituyendo estafas que además podrían poner vidas en peligro.

Está próximo el inicio del plan piloto de vacunación en Ecuador, con el que se aspira a inmunizar a 25.000 personas inicialmente. A la par han surgido las cibermafias que ofrecen colocar, a quien esté interesado en adquirir una presunta vacuna de origen desconocido, en una lista de espera para ser los primeros en obtenerla cuando supuestamente estas lleguen al país, a cambio del pago del 50 % de un determinado valor, aunque esto no es posible pues el Gobierno adquirirá las vacunas directamente de los laboratorios y las distribuirá el Ministerio de Salud.

Otra manera de desinformación se produce cuando personajes públicos hacen declaraciones o anuncios sin contar con asesoría adecuada. Así vemos que determinado candidato propone activar el turismo interno orientándolo a los jóvenes, a quienes, según su criterio, el coronavirus ‘casi no los afecta’, sin reparar en que ellos pueden transmitirlo a los demás.

Mientras no haya inmunización general, sigue siendo vital mantener la distancia interpersonal de al menos dos metros, usar la mascarilla de manera correcta, desinfectarse las manos, quedarse en casa si no hay urgencia por salir e informarse a través de fuentes confiables. (O)