Lo que no se dijo y no se dirá ni en el debate ni en la campaña y que irremediablemente deberían ser los temas principales del actual análisis y que son de apremio real:
A.- Aceptar que el actual modelo ‘democrático’ está degradado y degenerado.
B.- Rediseñar -si se quieren ver- los efectos positivos de una democracia debidamente ejercida.
B1.- Declarar que la función pública sea de carrera hasta la primera magistratura.
B2.- Eliminar los cargos de libre remoción.
B3.- Erradicar definitivamente la improvisación, el aventurerismo y el compadrazgo electoral de la función pública.
B4.- Eliminar definitivamente los partidos electoreros y calificar solo a los partidos orgánicos.
B5.- Declarar que el talento humano para la función pública sea especializado y de una carrera debidamente calificada.
B6.- Que la Asamblea sea un ente técnico especializado y nunca más politiquero.
B7.- Que se cree un consejo de gobierno para el Ejecutivo, como todo gobierno autónomo descentralizado y eliminar a los dictadores que han llegado a Carondelet.
B8.- Que el Consejo de Participación Ciudadana sea el ente de formación y calificación del talento humano para la función pública.
Para esta consecución requerimos de una reingeniería constitucional democrática. (O)
Galo Fausto Terán Imbaquingo, abogado y comunicador, Quito