En las últimas semanas medios de comunicación, considerando información oficial, han mencionado que los problemas de erosión regresiva posterior al colapso de la cascada de San Rafael se han vuelto a activar luego de permanecer sin mayores problemas desde julio de 2021. En realidad, considerando informes oficiales de Celec y una institución internacional, el proceso erosivo se había estancado más o menos a la altura de la zona del poblado de San Carlos a un poco menos de 8 km de la estructura de captación, el cual fue activado por las grandes crecientes del río Coca de las últimas semanas que encendieron las alarmas. Situaciones como estas seguirán ocurriendo si no se toman medidas como la conocida públicamente sobre la construcción del dique seco o presa impermeable, cuyas características no se conocen, pero se estima que una obra de esta naturaleza lo que hace principalmente es controlar el avance de la erosión regresiva que puede catalogarse como normal luego de todo el proceso que conocemos ha ocurrido.
Erosión regresiva que amenaza a hidroeléctrica Coca Codo Sinclair ha avanzado 1,2 km en 18 días
Un proceso de erosión regresiva, cualquiera sea su magnitud y origen, se produce hasta tanto el río encuentra su nueva condición de equilibrio, que en términos entendibles, implica ir disminuyendo la pendiente e incrementando el ancho del río principal y de sus tributarios, lo cual puede durar muchos años, dependiendo de las características del material a ser erosionado y de los caudales a que están sometidos. Dicho esto, está claro que el sistema fluvial del río Coca ha vuelto a un grado de estabilidad dinámica relativa, para mencionarlo en terminología de hidráulica fluvial, a base de lo cual se requieren obras de estabilización en el cauce principal, tales como el dique seco o cualquier otra obra, que controle estos procesos eventuales y así debe ser expresado con claridad por las instituciones responsables, excepto que deliberadamente no lo quieran hacer, por desconocimiento o temor, a tomar decisiones técnicas en el ámbito de la buena práctica de ingeniería que el país espera.
Con los antecedentes expuestos, basado en documentación oficial generada desde 2021, y en conocimiento del comportamiento de los sistemas fluviales en general que se constituyen en los más dinámicos de todas las geoformas sobre la tierra, por razones que se desconocen, las instituciones encargadas de monitorear este proceso de erosión regresiva, no solamente que no toman medidas para atenuar sus efectos considerando la situación actual, sino que tampoco socializan las eventuales soluciones que dicen que están en camino, incrementando la incertidumbre de la población en su conjunto preocupada por las reseñas que se reciben a diario. (O)
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Jacinto Rivero Solórzano, ingeniero civil, Guayaquil
