Antes de empezar con la monstruosidad de desmontar lo que significa la salvación económica del país, y que además le va a costar el oro y el moro hacerlo, se debería convocar a una consulta popular para revertir esa decisión totalmente errada tomada por el pueblo, debido a una pregunta malsanamente formulada y que debió ser consultada a nivel provincial y no a nivel nacional, como la hecha en Quito porque solo afectaba a sus ciudadanos.

Ecuador: con sed junto a la fuente

¿Cómo es posible dejar enterrada una fortuna que serviría para aliviar la precaria situación de salud, educación, pobreza, criminalidad más que nada, infraestructura de carreteras, de turismo? Alguien que me explique en qué rayos nos afecta a los ecuatorianos de la Costa y parte de la Sierra el funcionamiento del ITT. Los propios habitantes de la provincia directamente afectada se oponen a su cierre, pues saben que su situación económica cambiará drásticamente ya que su existencia depende del funcionamiento de esos pozos. Y por testimonios de propios habitantes de estos pueblos el proyecto no se socializó como es de ley; además de que, como se conoce, los que promovieron esta infame propuesta nunca se tomaron la molestia de viajar al Yasuní, así que ¿de qué clase de ambientalistas estamos hablando? Pues unos parecidos a los de Olón, que terminaron con la esperanza de sus pobladores de tener un empleo y oportunidades de que su comuna salga de la pobreza extrema en que están sumidos. En la precaria, desesperante situación económica que el Ecuador se encuentra no nos podemos dar el lujo de desperdiciar las riquezas naturales que tenemos para salvar nuestro país de su destrucción.

¿Cerrar el ITT?

Pido al Gobierno que rectifiquen ese gravísimo error. Todavía hay tiempo. (O)

Publicidad

Nelly Mercedes Lozada García, Guayaquil