Además de las compras, las reuniones, las salidas con amistades, el juego del amigo secreto en oficinas, centros de estudios, instituciones, es una actividad famosa en diciembre que finaliza con la entrega de un regalo especial y una fiesta con baile y para la cual todos los jugadores dan una cuota.


La preparación de la Navidad, la cartita a Papá Noel, las compras y las aperturas de los regalos (para los pequeños) el mismo día o posterior al nacimiento del Niño Jesús. Previamente, las citas de Adviento, el arreglo de la casa con objetos, las salidas a los malls, las posadas, los juegos del amigo secreto, los intercambios de regalos, etc., distraen, desconcentran a los niños –y grandes– de las ocupaciones habituales, estudio y trabajo.

Las reuniones para los mayores de amigos de siempre y sus organizaciones, y un sinfín de etcéteras. En las empresas bancarias, comerciales e industriales es infaltable el jueguito del amigo secreto; yo no podía abstenerme del juego aunque lo odiaba por cuanto mi amiga se quedaba sin su amigo hasta que llegaba el día de la entrega del regalito que tenía un límite en su valor. Durante varios días había distracciones en el trabajo, se perdía el tiempo. Los jugadores dejaban en el escritorio o lugar del trabajo de sus amigos secretos, chicles, bombones, una caja de fósforos, etc., sin que los otros se den cuenta, se tenía que estar pendiente de que se vayan a “lonchar”, al baño, a hablar con sus jefes, en fin había una total desatención del trabajo durante algunas horas en la mañana. Los jefes de personal tenían que vérselas por cuanto terminaban en el jueguito con una buena fiesta, donde al calor de los traguitos los empleados empezaban a sacarse los cueros al sol, los reclamos por las malas calificaciones y los reportes respecto del desempeño anual que les ponían los superiores, determinantes para las mejoras salariales del próximo aniversario de trabajo; algunos hasta trataban de irse a los puños, todo un ‘acontecimiento’. En un mes niños, jóvenes, adultos llenos de estrés con la Navidad, el año viejo, pérdida de tiempo en centros de estudios, trabajo y falta de productividad en el desempeño. (O)

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Sucre Calderón Calderón, abogado, avenida Samborondón