Cuando leía sobre las protestas de los jubilados por las bajas pensiones o la demora en sus trámites, no me imaginé que estaría en la misma situación. Trabajé aquí en mi país y también en el extranjero. Cuando supe del convenio que tiene Ecuador con varios países, incluido Chile, para poder jubilarse con 360 aportaciones, lo encontré sensacional. Era la oportunidad de volver a mi país. Los que viven o han vivido fuera me entenderán: siempre se sueña con regresar a la patria.
‘Para ayer’ reforma de jubilaciones (2)
Presenté mis documentos en la Subdirección de Pensiones y Riesgo de Trabajo de Guayaquil el 7 de septiembre de 2022. Me informaron que el trámite demoraría entre 12 a 18 meses. Me aseguré de tener algo ahorrado para mi manutención hasta que la jubilación se concretara. Después de casi seis meses volví a las oficinas de la subdirección para saber cómo iba el trámite. Entonces supe que ya se había enviado un correo con mis datos a Quito. Iba cada cierto tiempo a preguntar y no sucedía nada.
Carta al presidente Noboa: ¿Y los derechos de los adultos mayores?
Me comuniqué con la Superintendencia de Pensiones de Chile. Ellos ya habían enviado cierta información requerida a Ecuador (me extendieron un documento de confirmación). Por correo informé de esto a la encargada de esta gestión en el IESS, recibiendo como respuesta que no había recibido el correo. Esperé un tiempo y volví a las oficinas. Esta vez, una funcionaria me dijo que mi trámite demoraría y no podía darme una fecha de resolución. Ahora entiendo cada vez más a los que protestan.
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Doy gracias a Dios porque siempre pude ejercer mi profesión, darle una educación a mi hijo y, ahora que ya no trabajo, es él quien me ayuda. Pienso en los que no tienen familia y solo les toca protestar o esperar. Me pregunto: ¿será que tendré que volver a un país donde mi edad no es impedimento para ejercer y volver a trabajar?
Metamorfosis que deshonra y socava los derechos de sus jubilados
El próximo 7 de septiembre se cumplirán dos años desde que inicié el trámite en el IESS; solo Dios sabe cuándo llegará la ansiada jubilación en mi lindo Ecuador. (O)
Mónica Vergara Moreira, Guayaquil
