Hablar de derechos en Ecuador es una utopía porque estos no son respetados, hablemos puntualmente de los derechos de los adultos mayores y del “derecho al voto”, si bien es cierto que en el caso de los ciudadanos mayores de 65 años de edad el voto es facultativo y no obligatorio, las circunstancias que vivimos los ecuatorianos actualmente han impulsado a este segmento de la población a decidir votar en las elecciones del 13 de abril próximo, ya que reflexionan en el deber de retomar su compromiso para con su patria.
El país que le espera al nuevo gobierno
En calidad de gestor comunitario de mi sector en Guayaquil he transmitido al Consejo Nacional Electoral (CNE) la necesidad de que una brigada visite a estos ciudadanos en sus domicilios, en vista que sus limitaciones físicas no les permiten ir personalmente a los recintos electorales por no ser estos espacios amigables para el ingreso de personas en sillas de ruedas o utilizando andadores. El CNE me ha dado una negativa rotunda, coartando el derecho y la ilusión de miles de guayaquileños y guayaquileñas de la tercera edad a votar, aduciendo que se requiere un registro previo en el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES).
Conversé con el MIES y sus funcionarios me indicaron: “Ya no hay tiempo para este registro y que este tema quedaría para las próximas elecciones en cuatro años”. ¿Se imaginan ustedes cuántos de los actuales guayaquileños de 85 años llegarán a los 90 para poder votar en la próxima contienda electoral?
Publicidad
Los razonamientos de ambas instituciones resultan no solo burocráticos sino incompetentes porque todos estos ancianos están empadronados y cuentan con su respectivo documento de identidad, simplemente deben ser visitados por una brigada en sus hogares y la coordinación de las direcciones de dichos hogares las realizamos los gestores comunitarios como es mi caso, de la misma manera que coordino las visitas de las brigadas de vacunadores del Ministerio de Salud Pública dos veces al año.
Elevo la voz de miles de adultos mayores que residen en Guayaquil, tan solo en mi barrio 345 de ellos se quedarán sin poder votar, sin poder ejercer un derecho que se les ha negado sin ningún alegato de peso sino simplemente por la burocracia y la holgazanería de las instituciones del sector público ecuatoriano. (O)
Gustavo A. Rivadeneira, gestor comunitario, Guayaquil