Propios y extraños conocen el potencial que tiene nuestro país Ecuador, pero los últimos mandatarios no han sabido explotar o lo han explotado, pero solo para el beneficio personal y no para bien social. No estoy alabando al socialismo, pero ese es el principal problema que nuestro país tiene, lobos disfrazados de ovejas que alegan ser de derecha o incluso alardean tener la fórmula mágica para rescatar económicamente al país en un abrir y cerrar de ojos.

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La economía no es una magia, no es una fantasía ni un juego de azar, ni algo rápido de solucionar, pero si lo quieren hacer, háganlo de la manera correcta. La economía es la ciencia social que analiza la mejor forma de distribuir los recursos, no limitándolos, ni estancándolos. El Estado es el principal problema, en un país sobreendeudado gracias a la pésima gestión de pseudoeconomistas y pseudomagísteres, que según ellos poseen la solución o simples propuestas populistas para acarrear votos, y cuando llegan al poder lo primero que hacen es subir impuestos cuando eso ocasiona el estancamiento de la economía al limitar el poder adquisitivo de la población, provocando distintas protestas a nivel nacional. No es necesario ser un doctor en economía para darse cuenta de que encarecer los costos de la canasta básica ocasiona problemas sociales.

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Desde el punto de vista libertario el Estado no debe intervenir en lo absoluto si este desea dinamizar la economía, el mercado se regula solo, por la teoría oferta-demanda. Si todos compran, suben los precios; si nadie compra, los precios bajan automáticamente. ¿Es tan difícil de comprender? El Estado debe concentrarse en eliminar el gasto público excesivo eliminando ministerios innecesarios y haciendo convenios público-privados para de esta manera adquirir el capital necesario para financiar obras y suministrar insumos a los hospitales del IESS. Les inquieta la sobrepoblación de médicos generales en el país, pero no les inquieta que en áreas rurales la gente muere de dengue por falta de hospitales y de personal médico. ¡Qué sinvergüenzas! El panorama para las siguientes elecciones luce desalentador, nos va a volver a tocar elegir entre el malo, el más malo y el menos peor. (O)

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Miguel Ángel Navarrete Carvajal, economista, Durán