Se dice que la esperanza es lo último que muere y creo que la esperanza nunca muere. Hay cifradas esperanzas en este gobierno, el mismo que al parecer no puede controlar el desenfreno de los criminales y la delincuencia en general, y no da garantías de seguridad para el pueblo en estos momentos. Pues otro hubiese sido el cantar si no hubiese enviado a la vicepresidenta anterior a otro país, para obtener la paz que nos hacía tanta falta acá en Ecuador. Ojalá el presidente Noboa se organice correctamente y pueda servir a los ecuatorianos trabajando en lo que él perfectamente conoce y pueda cumplir con las ofertas de campaña, las cuales quedó debiendo en el periodo que ya fenece, tales como el aumento de las pensiones a los jubilados, la reducción de asambleístas y sus múltiples asesores, los empleos que no solo deben de ser para los jóvenes, así como un control efectivo de los precios de los productos de primera necesidad. (O)
José E. Ortoneda Sánchez, Bahía de Caráquez