La relación entre las elecciones y la democracia es estrecha y significativa, ya que el ejercicio electoral es uno de los principales mecanismos a través del cual se implementa y se ejerce la democracia. Esta última es más saludable en la medida en que los procesos electorales sean transparentes, confiables y seguros.

Aunque las elecciones son un componente crucial de la democracia, estas son una arista de la democracia. Una democracia sana también implica respeto a los derechos humanos, imperio de la ley, separación de poderes, libertad de expresión y participación ciudadana continua más allá de las elecciones.

Enrique Pita, vicepresidente del CNE, asegura que resultados de votación telemática se alteraron por ataques al sistema

La Ley Orgánica de Transformación Digital dispone: “La transformación digital constituye el proceso continuo de adopción multimodal de tecnologías digitales que cambian fundamentalmente la forma en que los servicios gubernamentales y del sector privado (...), con el objeto de mejorar la eficiencia, seguridad, certeza, velocidad y calidad de los servicios, optimizando sus costos y mejorando las condiciones de transparencia...”

Publicidad

Desde el Consejo Nacional Electoral piden a la Contraloría auditar contrataciones por el voto telemático en el exterior

Sin embargo, no se debe dejar de considerar los desafíos y riesgos en el uso de las tecnologías en la democracia, que incluyen problemas de privacidad, desinformación en línea y ataques cibernéticos. La transformación digital del voto tradicional al voto telemático tiene el potencial de mejorar el entorno de la democracia permitiendo disponibilidad, simplificación, transparencia, interoperabilidad, acceso a la información, educación cívica digital, participación de grupos marginados, etc.

La tecnología por sí sola no garantiza la mejora de la democracia ni de los procesos electorales. (O)

Raúl Santamaría Salazar, Guayaquil