Tenemos pocos días para elegir bien a las próximas autoridades, alcaldes, prefectos y otras que se supone deben estar con el pueblo. Dejar a un lado el fanatismo, aunque es difícil compaginar y reflexionar con la superficialidad de algunos políticos.

No puedo aceptar candidatos demagogos, improvisados, oportunistas o corruptos; propuestas vacías de planes que no son sostenibles... Ofrecen hasta la ‘existencia eterna’. Todo esto se repite siempre, el pueblo lo sabe. Debemos analizar que de 107 alcaldes que se elegirán, el 50 % cambió de partido o dio el camisetazo buscando ser reelegidos y algunos tienen problemas legales. La constitución de 1998 impedía ser candidatos, con procesos judiciales penales o corrupción. Así mismo el frente parlamentario anticorrupción pidió a la fiscalía que indague a algunos candidatos políticos que estarían financiados por el narcotráfico. Además, ¿cómo es posible que la mitad de los candidatos a cargos públicos de elección popular no pagan impuestos? El SRI debe hacer auditoría a los participantes cuando se sospecha que ocultan ingresos. Por lo que escuchamos y sentimos, no hay esperanza de tiempos mejores para nuestro país. Tenemos en nuestras manos el voto como arma poderosa para castigar la rapacidad de quienes quieren volver al saqueo, por eso es necesario escoger bien el 5 de febrero. No fallar. (O)

Robespierre Rivas Ronquillo, periodista, Guayaquil