El pueblo ecuatoriano ha soportado meses de indiferencia y quemeimportismo por parte de ciertos asambleístas que lo único que buscaban eran sus beneficios y canonjías, olvidándose por completo de los intereses nacionales, y su fin protervo era traer a un ‘refugiado’ en Bélgica. El pueblo mandante y soberano los eligió para que tanto el presidente de la República como los asambleístas trabajaran en proyectos y obras que beneficiaran a todos los ecuatorianos, muy en especial a los más necesitados y abandonados por los poderes seccionales.

Ya era hora de que el presidente tomara la medida de eliminar a una oposición ciega, vengativa e inoperante, producto de una alianza política entre ciertos partidos. Lo único que pedimos hoy en este corto tiempo del mandato presidencial es que se haga realidad todo lo manifestado en campaña electoral poniendo énfasis en salud, educación, plan de vivienda, trabajo y seguridad ciudadana. De momento, se vive un ambiente de tranquilidad luego de haber pasado esta grave crisis política que terminó con una exterminación masiva en la Asamblea Nacional. Se esperan mejores días de paz y trabajo, libres de manifestaciones virulentas. (O)

Franklin Gallegos Avilés, teniente en servicio pasivo, Guayaquil