Hace 10 años siendo maestra me jubilé y creí que disfrutaría con dignidad de mi vejez. Mis ilusiones se diluyeron con el pasar del tiempo porque me negaron el incentivo jubilar. Reclamo un derecho conferido por el Estado al ciudadano que como yo cumplió su ciclo laboral.
Actualmente se encuentra en estado catastrófico mi salud, estoy discapacitada, con diabetes, hipertensión (pierna derecha amputada). Vivo en Esmeraldas y después del terremoto del 16 abril de 2016 muchas viviendas quedaron dañadas. (O)
Mirna Ballesteros Ortiz, maestra jubilada, Esmeraldas