Con preocupación vemos que se han instalado cámaras de 360 grados con la finalidad de mejorar el control vehicular y la fluidez del tráfico, y de minimizar los accidentes de tránsito. Tal preocupación se deriva de que la ciudad está caotizada por un pésimo servicio de semáforos, obsoletos y muchos sin funcionar; no existen señales que adviertan a los conductores cuál es la velocidad máxima en avenidas altamente peligrosas y estas carecen de las demarcaciones en el piso para que los vehículos sigan un orden.

La patria y sus necesidades

A propósito de los apagones, muchos puntos no cuentan con vigilantes, lo que origina una verdadera confusión. Desde octubre 21 ya se están aplicando las multas, sin dar primero el servicio que los choferes requieren para poder conducir por calles con la debida seguridad.

Caminante, no hay camino…

Es loable el objetivo de regularizar el tráfico y, naturalmente, aquel que incumpla las normas debe ser sancionado. Sin embargo, tal como están fijadas las reglas, la ciudadanía no lo ve como un “juego limpio”. (O)

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Ángel Campoverde Giler, economista, Guayaquil