Hace varios días escribí una carta en la que me referí a la importancia de manejar las cuencas hidrográficas para evitar las inundaciones, ocasionadas por los fuertes inviernos y la falta de agua en época de sequía; especialmente en estos últimos años, en los cuales el cambio climático hace que se registren periodos de intensas lluvias y periodos secos extremos. En este contexto es necesario llamar la atención a que uno de los sectores económicos afectados es el hidroeléctrico; pues los caudales de los ríos que alimentan las represas determinan que las turbinas puedan o no trabajar.
La crisis eléctrica actual se debe a que ningún gobierno anterior al presente, a excepción de los militares, se preocupó del manejo de las cuencas hidrográficas. La Junta Militar de los años 60, mediante Decreto Supremo n.° 2672 y publicado en el Registro Oficial número 645 del 13 de diciembre de 1965, creó la Comisión de Estudios para el Desarrollo de la Cuenca del río Guayas (Cedege), sin embargo, esta fue eliminada.
Dicho manejo de las cuencas hidrográficas requiere de una planificación...
Al no haber existido verdadera preocupación por el manejo de las cuencas hidrográficas durante años, se evitó que una vegetación adecuada recubra los suelos de las cuencas de recepción y que así se regule la cantidad de agua excesiva en época de grandes lluvias, al permitir que gran parte de aquella entre al subsuelo y salga a los cauces de los ríos durante los meses secos. Así las cuencas de recepción ejercen su función reguladora y de reserva de fuentes de agua subterránea.
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Dicho manejo de las cuencas hidrográficas requiere de una planificación desde Gobierno con la participación coordinada de prefecturas provinciales y ministerios trabajen en conjunto para superar esta crisis energética y al mismo tiempo aportar al comercio nacional, evitando sequías o inundaciones en zonas agrícolas. (O)
Carlos González Sánchez, ingeniero agrónomo, Quito
