En el ámbito laboral y profesional, la negociación se considera una habilidad fundamental para resolver conflictos y alcanzar acuerdos que beneficien a todas las partes involucradas. Sin embargo, solemos olvidar que no todas las negociaciones implican a un tercero; en muchas ocasiones, la negociación más desafiante es la que libramos con uno mismo.

¿Qué es la libertad?

Negociar con uno mismo implica un proceso de autoconocimiento profundo, donde es clave definir qué es lo que realmente necesitamos, establecer nuestros límites y reconocer qué concesiones estamos dispuestos a hacer. Esto resulta aún más complejo que una negociación externa, pues nuestras emociones y percepciones pueden nublar el juicio, haciéndonos creer que queremos algo cuando, en realidad, necesitamos otra cosa.

Preguntas abiertas: ¿Qué expectativas tiene de las próximas elecciones presidenciales del 13 de abril? (O)

Afrontar esta negociación interna nos ayuda a tomar decisiones más alineadas con nuestros intereses reales y, en consecuencia, a mejorar nuestras relaciones personales y profesionales. Cuando somos conscientes de nuestras verdaderas necesidades dejamos de exigir a los demás aquello que en el fondo no nos aporta, generando interacciones más efectivas. (O)

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Leonardo Gabriel Paredes Narváez, Quito