Recientemente EL UNIVERSO publicó un artículo sobre la decisión del gigante de alimentos Pronaca de fusionarse con la compañía de embutidos La Europea. Veamos cuáles serían los efectos para el mercado de una concentración de este tipo.

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Todo proceso de adquisición empresarial tiene por lo menos dos partes: comprador y vendedor. Cuando la transacción puede generar alta concentración, hay otros actores igualmente relevantes: los órganos de control, los competidores y los consumidores finales.

Para no amenazar la libre competencia –columna vertebral del mercado– siempre hay que evitar que una compañía adquiera una posición dominante, es decir, que acumule tanto poder que las empresas del sector no podrían competir. Precisamente para eso existe la Superintendencia de Competencia Económica.

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Un reciente estudio económico demuestra los efectos nocivos que tendría la concentración de Pronaca con La Europea.

Pronaca es el principal jugador vertical en la cadena de producción de proteínas del país. Su actual participación en la industria es del 32 % en ingresos totales y de 81 % de los activos totales del mercado. De autorizarse esta concentración, Pronaca llegaría a controlar el 45 % de los ingresos totales. Cualquier empresa que goce de este poder en el mercado podría elegir a quién le vende y a quién no, fijar precios o imponer nuevas condiciones a sus competidores en las diferentes etapas de la cadena de producción.

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En otras palabras, esta concentración afectaría negativamente al resto de las compañías del sector, podría bajar la calidad de los productos y subir precios para los consumidores finales. El daño por permitir que un actor principal asuma una posición dominante también afectaría a compañías con cientos de trabajadores.

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Un actor económico dominante tiene la capacidad de fijar precios sabiendo que su volumen y alcance se lo permiten. En productos como los embutidos, los supermercados, así como las tiendas de esquina, no tendrían otra opción que proteger sus márgenes y transferir un posible incremento de precios a los consumidores finales. Eso es muy preocupante teniendo en cuenta que las salchichas y los chorizos son las proteínas que muchos ecuatorianos consumen a diario.

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Aquí hay mucho en juego. Todo depende del rigor que la Superintendencia de Competencia Económica emplee al examinar esta transacción. El desafío es de aquellos que muchas veces construyen o destruyen la credibilidad de los órganos de control. (O)

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Andrés García, experto en transacciones internacionales de DGA, Washington, EE. UU.