Durante más de 25 años dedicados a la educación no formal dentro de Los Scouts del Guayas y otras instituciones, donde la formación en valores y reafirmación de principios son el eje fundamental de nuestro trabajo voluntario, he recibido jóvenes de toda clase social, desde los lugares de elevado ingreso financiero hasta los que muy precariamente podían llegar a nuestras reuniones. Resultaba increíble ver cómo dos mundos y realidades diferentes de esos jóvenes se complementaban, la igualdad moral se otorgaba dentro de cada campamento o acción de trabajo.
Bachillerato técnico en ciencias de datos
En derecho, soy garantista, y los cientos de jóvenes que cruzaron nuestras filas buscaron su propio norte, un altísimo porcentaje al día de hoy, sin temor a asegurarlo, son excelentes padres de familia y ciudadanos, independiente de su clase social.
La responsabilidad de los actos, asumir consecuencias de estos y el respeto al derecho ajeno siempre fueron el credo del movimiento que lideré durante ocho años y que hoy, también de voluntario, sirvo formando dirigentes adultos.
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Volver a conmovernos: antídoto contra la deshumanización
No se criminaliza a un menor, se criminaliza el acto que un menor perpetra, mismo hecho no tiene orígenes de ingresos económicos, ¡tiene orígenes de principios! En toda mi experiencia entendí que cada niño veía el cielo con los ojos que el ambiente le permitía, de esta forma, si el entorno de un menor (alto o bajo ingreso económico) le permite ver a los antivalores triunfar, el menor no tendrá otra óptica. Entonces, lo correcto es volver a los valores fundamentales, respeto a la propiedad privada, la vida y la libertad. Que todo acto que viole el respeto al proyecto de vida del prójimo tendrá consecuencias, que el culto al dinero y el poder es una forma pueril de mostrar debilidades y limitaciones. Adelante, presidente, con las reformas, devuelva la paz al Ecuador en un entorno de justicia. (O)
Luis Cuasapaz Aguirre, máster en Ingeniería Mecánica, Guayaquil