Qué magnanimidad supone el sueño de sumarte a una fuerza política con la que te identificas hasta la médula (ya sea con el voto, afiliación, simpatía u otra vía) pensando en la autenticidad y el coraje de esta, para defender la verdad, la justicia, el reparto equitativo de la riqueza, el trabajo desinteresado, la empatía; con la lealtad que supone la confianza depositada en una urna en forma de papeleta cargada de sueños. El tiempo en el que transcurre la legislatura, será testigo de que esta magnanimidad se convierta en realidad o en todo lo contrario. Por desgracia, la política viene a ser como los ríos que nacen en las cordilleras, con aguas cristalinas, para desembocar sucias y contaminadas al final, gracias a los vertidos contaminados e irresponsables. (O)

Jesús Sánchez-Ajofrín Reverte, Albacete, España