En estos tiempos de convulsión social en que agrupaciones sociales y políticas trastocan nuestra paz, también existen luces que alumbran los caminos de la región. No todo está mal. También existen casos que debemos resaltar porque se desarrollaron con gran positivismo por el bien a la comunidad.
Papa Francisco: el pastor católico
Estas acciones de desarrollo las ha practicado monseñor Aníbal Nieto Guerra, un sacerdote de la Orden de los Carmelitas Descalzos. Considero importante resaltar el liderazgo de monseñor Nieto, sacerdote español que pisó tierra ecuatoriana en 1975 a sus 26 años como misionero Carmelita en Sucumbíos, Oriente ecuatoriano, permaneciendo en nuestro país en diferentes cargos de importancia hasta que el papa Benedicto XVI lo nombró Primer Obispo de la nueva Diócesis de San Jacinto el año 2010.
Desde esa fecha hasta 2025, en que debe retirarse por mandato superior, luego de permanecer 50 años en Ecuador, ha desarrollado múltiples obras en favor de las familias más necesitadas. Creó los cimientos de la nueva Diócesis de San Jacinto, cuyo territorio abarca varios sectores de la provincia del Guayas, como son: Durán, Milagro, Naranjal, Naranjito, Yaguachi, Tenguel, El Triunfo, Lorenzo de Garaicoa, Simón Bolívar, Roberto Astudillo, Balao, Boliche, Marcelino Maridueña, Mariscal Sucre, Jujan, Bucay, Matilde Esther y Jesús María. Con su liderazgo, promovió la Escuela de Formación de Cáritas, estructuración de programas de superación de las personas, transformación del Dispensario Diocesano para atención médica a miles de personas de escasos recursos económicos en Durán.
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Considero que monseñor Aníbal Nieto Guerra se retira satisfecho por la labor cumplida, liderando un selecto grupo de colaboradores que cumplieron a cabalidad las directrices de tan respetuoso obispo de la diócesis de San Jacinto de Yaguachi. (O)
Rodolfo López Osorio, arquitecto, Guayaquil