Es una lástima la mutilación de árboles, con motivo de los trabajos de regeneración de la Universidad de Guayaquil.

Al pasar por la avenida Kennedy y mirar la belleza arquitectónica de las edificaciones, como la Universidad de Guayaquil, colegios, empresas, viviendas, etc., y complementada con los simétricos jardines teñidos de múltiples plantas menores, de diversidad de flores y hojas de colores; es muy grato observar también cómo está quedando la regeneración urbana de dicha Universidad que se la tiene bien merecida por ser parte de la historia y desarrollo de la ciudad. Sin embargo, me indigno al observar que los árboles de samanes que se encuentran en dicha acera, los cuales fueron plantados antitécnicamente, ahora están siendo masacrados con la reducción de sus alturas sin ninguna simetría, dejándolos como burla para los que apreciamos la belleza natural de los samanes; y para colmo, han elaborado jardineras de ‘juguete’ en las bases de sus fustes (troncos) matizándoles con plantitas menores ornamentales.

Lo técnico era haber reducido a 3 o 5 metros las alturas de estos árboles en forma simétrica (por igual) y no como los han maltratado actualmente, esto es vergonzoso.

Con una reducción de altura de 3 a 5 metros de los árboles podían haber podado las raíces a la distancia mínima de 3 metros en forma circular, haciendo una zanja de 0,50 metros de ancho por 0,50 metros de profundidad, con el propósito de cortar las raíces y disminuir algo la agresividad de su desarrollo hacia las edificaciones y hacia la calzada de la avenida; pero ya es tarde, por todo lo elaborado en dicha regeneración: camineras, jardineras, etc. Pero sí es importante podar simétricamente la altura de todos estos samanes masacrados, y curarlos con pintura fitosanitaria. (O)

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Freddy Amauri Santos Romero, ingeniero agrónomo, Guayaquil