Me dirijo públicamente al honorable Consejo Universitario de la Universidad de Guayaquil, para expresar que muchos jubilados de dicho centro estatal superior de estudios se encuentran impagos de su jubilación complementaria desde hace once años.

Día a día esperamos con profunda preocupación que las autoridades de la institución se sensibilicen ante nuestra continua solicitud de que nuestro pedido sea atendido, esto es la cancelación de los valores pendientes desde el año 2012 de la jubilación complementaria, un derecho que nos corresponde por ley. Estos valores nos sirven para poder solventar nuestros gastos de medicinas, vivienda, alimentación, servicios básicos. ¿Por qué la universidad no quiere cumplir con lo que sus autoridades crearon y que tarde o temprano va a beneficiarlas también cuando ellas se jubilen? ¿Será que ciertos integrantes del Rectorado y del Consejo Universitario tendrán eterna juventud y no se jubilarán? Mientras más pasan los meses y años el grupo de jubilados que pide sus pagos, va disminuyendo sus fuerzas físicas por la depresión que siente. ¿Será que esperan a que el grupo se disminuya? Al rector, ¿le importamos?, debería cumplir con celeridad lo que dignamente reclamamos los extrabajadores que estamos jubilados; no tramita todas las carpetas y los certificados de supervivencia que nos han solicitado por dos ocasiones; ¿qué han hecho con los papeles?, nada; esperamos su pronta decisión. (O)

Teresa Méndez Dumani, jubilada, Guayaquil