A estas alturas pareciera que muchas cosas el pueblo ya las ha olvidado. Me refiero sobre todo a eso que nos asquea, por lo menos a los ciudadanos de bien, a quienes nos duele la situación en la que se encuentra nuestro país, provocado por cierto expresidente y su movimiento político.
Yo, como muchos ecuatorianos, creí en un gobierno de “manos limpias, mentes lúcidas y de corazones ardientes”, pero ahora solo nos queda la certeza de que los ciudadanos fuimos engañados. Es hora de que reaccionemos ante la traición a nuestra confianza y sepultemos de una vez por todas en las urnas a ese grupo que acabó con nuestros recursos y nos convirtió en uno de los países con más corrupción del mundo.
Nosotros, los ciudadanos, tenemos también la responsabilidad de lo que está pasando en el país, pues con nuestro voto hemos colocado en la Asamblea a elementos que tienen como único objetivo la impunidad de delincuentes sentenciados y otros que están siendo procesados por la Fiscalía. Me niego a creer que todavía puedan existir compatriotas que en las próximas elecciones deseen apoyar a este grupo que ha demostrado desprecio por nuestros valores de justicia y democracia.
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Es hora ya de que veamos con claridad estas situaciones que estamos permitiendo que ocurran en nuestro país y utilicemos el arma más poderosa que tenemos, el voto, para desterrar a estos funestos personajes de la vida política del Ecuador. (O)
Galo Alcides Jaramillo Noguera, Guayaquil