La Administración actual de Estados Unidos anunció hace unas semanas que inyectará, a través del Departamento de Energía, 7.000 millones de dólares para desarrollar siete hubs de hidrógeno (centros logísticos que congregan a productores, proveedores y clientes de la industria). Esta acción atraerá la inversión privada de 40.000 millones de dólares adicionales para crear cientos de miles de empleos que permitan reemplazar el combustible de origen fósil por hidrógeno a costos competitivos, en especial para vehículos del transporte pesado y en las industrias de fertilizantes y de acero. Uno de ellos se ubicará en la costa noroeste y producirá hidrógeno verde para atender demandas de la industria y transporte, mientras que su socio estratégico estará en California y producirá hidrógeno rosa, azul e incluso verde para atender la demanda de equipos de carga pesada empleados en los puertos y atender el mercado de exportación.

¿Cómo usar el hidrógeno verde? Algunos países ya lo están produciendo

La energía para producir hidrógeno verde proviene de fuentes renovables, como la energía solar y energía eólica, es decir, energía limpia. Mientras que el hidrógeno rosa emplea energía de plantas nucleares; y el azul, del gas natural. Ecuador dispone del campo Amistad, en el golfo de Guayaquil, como fuente de gas natural. También se puede producir hidrógeno verde, el ideal para un ambiente limpio.

Incremento de las temperaturas y alto precio de gasolinas como la súper obligan a Ecuador a pensar en el hidrógeno verde, el llamado ‘combustible del futuro’

Si bien el hub de hidrógeno del Ecuador estaría en la Península, sus principales clientes serían, igual que el caso de California, el equipo pesado de los puertos, el transporte pesado de carga de importación, exportación y construcción, el transporte de pasajeros interprovincial e inclusive clientes del exterior. Todo este conjunto de clientes demandará una abundante masa de hidrógeno necesario para bajar costos y ser competitivo. En este contexto, la nueva industria de hidrógeno crearía miles de plazas de empleo adecuado, que es lo que hace falta en la Península gracias a la inversión del Estado y del sector privado nacional e internacional. Es una opción que debe explorar Daniel Noboa y su Gobierno, a través de los ministerios de recursos naturales y de producción. (O)

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Hernán Rodrigo Moreano Andrade, máster en Ciencias y Oceanografía, Quito