Todos los días cuando conduzco por la noche me toca ver a más de un vehículo que por no poder apreciar los bordillos, o separación de carriles, se queda atascado en estos. En otros casos los conductores hacen movimientos bruscos para evitarlos y en alguna de estas ocasiones vi como, por hacer este movimiento, se ocasionó un accidente de tránsito múltiple. Y si a la falta de señalización de estos elementos le sumas la poca iluminación en ciertos sectores, el escenario se vuelve fatal.
Ante esto viene mi pregunta, ¿por qué las autoridades competentes, ya sea la Municipalidad de Guayaquil o la ATM, no realizan el mantenimiento de la pintura reflectiva en estas estructuras, periódicamente? ¿Acaso la seguridad de los ciudadanos no es primordial?
Se exigen estas señaléticas en construcciones, pero ¿en la urbe en general no hay exigencias?
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Debe exigirse en los contratos de mantenimiento de estas estructuras que se utilice material óptimo, para que la vida útil de esta sea por lo menos anual, y que cumpla su objetivo de prevención para quienes transitamos por las calles a horarios pasadas las 18:00. (O)
Rina Buri García, ingeniera civil, Guayaquil
