Creo que pocas veces en el mundo se ha visto a un presidente joven, con su adorable esposa también joven y sus hijos pequeñitos, como ahora. ¡Y qué elegancia total! Muy distinguidos. Me recuerda mucho a esa imagen de mi infancia en la que se ve al presidente John F. Kennedy con su familia, en la Casa Blanca.

Saludemos gozosos

Lo que transmite esa imagen de los Noboa es algo poderoso. El pueblo ve esa frescura natural y los ama de inmediato. Inspira confianza, serenidad, paz, entre muchos otros sentimientos positivos. Casi como representantes del amor auténtico que este país necesita para que vengan nuevos días, nuevas esperanzas.

No fue necesario decir nada, la sola imagen dice lo que cada uno quiere escuchar y entender de acuerdo a su propia percepción. Por supuesto, algunos no lo verán así, pero son pocos.

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El correísmo no estaba muerto, andaba de…

A mí, personalmente, me enternece ver a esos niños correteando por los pasillos de Carondelet. Y así como a mí esto me llena de emociones sublimes, estoy seguro de que a la familia Noboa Valbonesi también los llenará de fuerzas para seguir luchando para que en todos los espacios posibles, y no solo en el Palacio, los niños de cada quien tengan la seguridad de jugar y correr con toda la alegría que la inocencia puede dar. ¡Y siempre en paz! (O)

Roberto Montalván Morla, Guayaquil