Los coyunturales problemas políticos por los que atravesamos: elecciones anticipadas a causa de la ingobernabilidad institucional; asesinato a mansalva al alcalde de Manta y que conmocionó al país; reyertas y decapitaciones en las cárceles ecuatorianas; declaratoria del estado de excepción en todos los centros de privación de libertad; barbarie perpetrada en Esmeraldas, convertida en ciudad del terror; retención de agentes de seguridad penitenciaria en algunas cárceles, etc., copan la atención ciudadana y nos hacen olvidar fechas especiales que el calendario cívico registra y son de nuestra historia patria; una fue el 24 de julio, natalicio Bolívar.

Algunos dirán “las circunstancias críticas actuales no son propicias ni para conmemoraciones ni remembranzas”. ¡Cierto es!, pero de alguna manera debimos evocar esa fecha para que las nuevas generaciones sepan las dimensiones ciclópeas y universales de Simón Bolívar, fue considerado por la BBC (Corporación Británica de Radiodifusión) el personaje más importante del siglo XIX; con 47 años de edad contabilizó más de 470 batallas siendo derrotado solo 6 veces; participó directamente en 79 de estas con altísimos riesgos de morir en combate. Cabalgó 123.000 kilómetros, equivale a medio diámetro de la Tierra, recorriendo 10 veces más que el legendario Aníbal, 3 veces más que Napoleón y el doble de lo que viajó Alejandro Magno. Sus proclamas de libertad fueron 92, algunas escritas (y dictadas) en diferentes idiomas al mismo tiempo, con ayuda de sus secretarios. Bolívar hablaba a la perfección tres idiomas, inglés, francés y español. Uno de sus grandes sueños fue organizar la Confederación de Colonias Españolas existentes en América, inspirado en el modelo de los Estados Unidos. Por intereses, traiciones y desacuerdos, no logró concretar su cometido y por ello su lapidaria frase: ‘’He arado en el mar y sembrado en el viento’'.

Estamos esperanzados en que la inseguridad en el país, en las cárceles, cesen para siempre; los alcaldes reciban más protección policial todo el periodo de sus cargos y trabajen en tranquilidad; el proceso electoral se realice sin contratiempos; la paz vuelva al país enfrentando para ello con mano dura a la inseguridad; las nuevas autoridades sepan lo que deberán hacer con valentía, transparencia. Que la rememoración del natalicio de Bolívar y sus hazañas nos estimule a volver los ojos a la patria, nos despierte como ciudadanos con derechos y obligaciones para empujar el desarrollo de la sociedad, apegados a los principios, la ética y la moral. (O)

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Eugenio Morocho Quinteros, arquitecto, Azogues, Cañar