Qué pena que desapareció el malecón del cantón General Villamil, Playas, tan bonito, que los turistas empezaban a disfrutar, así como de los negocios de emprendedores. Apenas duró los primeros meses de la época fuerte de esta pandemia de COVID–19.

Ya no existen dicha obra pública y los servicios. Las lonas que protegían del sol las quitaron; las estructuras de metal que daban aspecto imponente se están destruyendo, se están oxidando, y los chamberos irán poco a poco vendiendo los piezas de hierro. El espacio servía de lugar para que emprendedores se ayuden económicamente en época de pandemia y desempleo, vendan a los turistas productos elaborados por ellos, artesanías, mermeladas, dulces, bisuterías, etc. Hoy las ventas son a la intemperie.

Lo que es peor, el sector de las carpas que sirvieron para los comercios asociados, ahora es tierra de nadie, proliferan ‘negocios’ al aire libre para bebedores, con música fuera de tono.

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Se eliminó el paseo familiar por el malecón para sacar el estrés. El malecón daba al balneario un aspecto turístico ejemplar, que no hay actualmente en otras playas. Es hoy en día un espacio desolado para consumir alcohol, bailar, cometer desafueros, ruido; nadie cuida ni vigila.

La Cámara de Turismo de Playas debe iniciar una campaña para reconstruir el malecón. El último fin de semana, una docena de motociclistas copiando las costumbres de grupos motorizados del exterior llegaron con sus motos y compañeros, haciendo ruido, escándalo, luciendo chompas negras, pañuelos en la cabeza; se estacionaron en el malecón hablando en voz alta de manera poco culta.

Ojalá, autoridades encargadas del comercio, turismo, ciudad, playas, ornato, seguridad, se hagan eco de esta llamada para que no se degenere el malecón y todo nuestro cantón. (O)

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Segundo Gerardo Vargas, ingeniero, Playas