Nos corresponde a cada ciudadano ser parte del desarrollo y bienestar, y eso lo lograremos empezando por nuestros hogares, cultivando y enseñando a nuestros hijos y nietos los valores morales y cívicos que nos inculcaron nuestros mayores. Dejar de reenviar mensajes de aquellos políticos que nunca miraron más allá de sus intereses personales y sus bolsillos, de esa manera sentirán que su miserable vida no le interesa a la mayoría. Finalmente, creo que las buenas intenciones del presidente quedarán en eso si no realiza una depuración total de sus enemigos (empleados públicos de segundo y tercer nivel) que siguen atrincherados en el aparato estatal, gente que no quiere y no le interesa cambiar su modus operandi. (O)
Tito Luna Peñaloza, Samborondón
