Hoy en día cada vez invasores arrebatan la propiedad. La tramitología para contratar abogados, desembolsar cantidades importantes de dinero para solventar los papeleos que estos casos ameritan, inclusive llegar a tener una orden de desalojo cuesta por las trabas puestas por invasores que tienen palancas, echando por tierra lo actuado.

Somos excatedráticos de la Universidad de Guayaquil, estamos jubilados, tenemos unos terrenos como Asociación de Profesores de la Facultad de Ciencias Administrativas (Aprodeca) de dicha universidad desde el año 1987; fuimos 140 profesores que pagamos esas tierras con descuentos de nuestros sueldos durante años de trabajo. En el catastro municipal está el registro # 41064 y la ficha # 1726. Hay asentamientos en dichos terrenos. Lamentablemente han fallecido varios de nuestros colegas, por la pandemia del COVID, sus familiares temen que se arrebaten finalmente las propiedades, ya que en seis años no hemos encontrado justicia de parte de la ley, sino más bien leguleyadas. Pensamos que por la vía legal y los trámites se podía desalojar, pero las fuerzas de la edad no nos permiten seguir en tantos trámites y en recursos económicos para seguir esta batalla por nuestros derechos de propietarios. Ojalá ocurra el milagro de que la Presidencia de la República, la Gobernación de Guayas o talvez la Alcaldía de Guayaquil puedan ayudar a verificar y dar fe de quiénes son legítimamente esos terrenos y procedan a hacer cumplir la ley. ¿Será posible que invasiones estén por encima de la ley? (O)

Gerardo Vargas, contador e ingeniero, Guayaquil