Resulta inaudito que cada quien haga uso de la vía pública como a bien le parezca, sin respetar ordenanzas y el derecho a la tranquilidad de los demás.

Clausuran bodega que almacenaba fuegos artificiales en la Bahía, centro de Guayaquil

Es el caso en algunas ciudadelas, donde ciertas personas hacen de sus viviendas talleres de cerrajería en plena vía pública, elaborando rejas, puertas y otros trabajos; contradiciendo así las normas de seguridad. Trabajan hasta los fines de semana, martirizando a la vecindad todo el día con el ensordecedor ruido del corte y pulimento de metal y más con los gases nocivos que emanan del humo de la soldadura, contaminando el ambiente.

Clausuran establecimiento en el centro de Guayaquil que servía como bodega sin tener los permisos

Deben de saber que los gases de la soldadura contienen elementos de alto riesgo, tales como el cromo hexavalente, manganeso, níquel, plomo y cadmio, que en partículas pequeñas flotantes en el aire fácilmente llegan a los pulmones de quienes se encuentran en al área. Hay suficientes pruebas que confirman que los humos de la soldadura pueden causar melanoma ocular e incluso cáncer al pulmón. Ni se diga del ensordecedor ruido que produce estrés, aumentando la presión arterial y contribuyendo así a enfermedades del corazón.

Publicidad

¿Habrá sectores de Guayaquil que podrían mantener las rejas y portones que se han colocado en los últimos años?

Llamamos la atención al área de Justicia y Vigilancia del Municipio de Guayaquil para que inspeccione ciertos “talleres” que libremente funcionan irrespetando el área residencial no propia para estos establecimientos, como acontece en la ciudadela La Atarazana. ¿Cuentan con el respectivo permiso?, si no es así, procedan a su clausura y fuerte sanción. (O)

Isabel García Peralta, Guayaquil