Vivimos un punto crítico causado por la inseguridad que se percibe por todo nuestro país. Estamos en manos del hampa, crimen organizado, drogas y no nos unimos para combatirlos.

No acabamos de lamentar la muerte del alcalde de Manta, Agustín Intriago, y ahora la de Fernando Villavicencio, candidato presidencial que era la gran opción para los cambios que necesita nuestra nación. Son más de 3.000 asesinatos de índole de sicariato en el país. No es justo que se siga derramando sangre. La inseguridad campea, las autoridades no encuentran su andarivel para combatirla. ¿Cuántos más compatriotas de gran corazón que aspiran a cambiar la nación deben morir? Qué país le estamos dejando a nuestros hijos, la patria se cae a pedazos. Es urgente pensar en nuevos rumbos políticos. Que el Sagrado Corazón de Jesús ilumine nuestra sabiduría para definir un rumbo correcto. Tienen que definirse y tomar actitudes más duras para combatir esto que tanto dolor está causando. (O)

Evelio Reyes Tipán, Santa Elena