Sí, compatriotas, queremos un Ecuador creíble; por lo tanto, transparente. Aun cuando no se pueda de inmediato proceder a cumplir o corregir, pero sí asumiendo hacerlo.

Sin duda que siempre ha habido conductas perversas de quienes han ejercido espacios de poder y de críticos de estos, en dirección contraria a lo aquí expresado, que podrían resumirse en que las cosas se han distorsionado, trabado y ocultado, para negar derechos y/o incumplir obligaciones, en función de quien lo hizo o instruyó, para generar percepciones interesadas en positivo y/o en negativo. O se asumen supuestos éxitos o se acusan fracasos.

Los cómics que exhiben la colocación de la basura debajo de alfombras, o atrás de cortinas, son formas de actuar en “pro” y en “contra” del poder.

… la basura debajo de alfombras, o atrás de cortinas, son formas de actuar en pro y en contra del poder.

Es verdad que el desborde del gasto público complica las cosas, pero ha habido épocas en que se desperdiciaron recursos, cuando pudieron darse racionalidades. Fueron los tiempos de la potencia exportadora del Ecuador agrícola con la producción y exportación del banano, al colocarse este en el primer puesto del mundo, sobre todo por calidad; la verificación de la riqueza petrolera, en los años setenta del siglo XX —hubo honores militares para el primer barril de petróleo en la Escuela Superior Militar Eloy Alfaro, el año 1972—; y la elevación de los precios del petróleo en la primera década del siglo XXI, que excedieron al doble de los de años anteriores, coincidiendo esta con la dolarización. Además, se produjeron endeudamientos innecesarios, como los generados en preventas de petróleo.

¿Qué debía el sector público del Ecuador a la población a inicios del gobierno del presidente Lasso? Hasta ahora, no es posible saberlo.

En contratación pública, servicios y obras por auditar o verificar, en muchos casos aún sin contrato y sin partida presupuestaria, se podría haber estado sobre $ 2.000 millones, por confirmar.

El Gobierno debe dar el ejemplo de transparencia. Parecería que en los pasivos de la seguridad social y la salud hay disposición de hacerlo, incluyendo las auditorías y verificaciones pendientes desde el correato. Ojalá sea efectivo.

En general, en urgencias, hay esperas desesperantes, que deben ser las prioridades del Gobierno nacional y de los Gobiernos seccionales.

No debe generarse la percepción de que solo las movilizaciones de sectores poblacionales hacen que el Gobierno atienda requerimientos.

De acuerdo que la consulta anunciada tiene preguntas importantes; pero, las respuestas que pueden esperarse, ¿en cuánto podrían ayudan a solucionar las urgencias de la población ecuatoriana?

El entorno de la campaña electoral para los Gobiernos seccionales y para el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social no es el mejor para la consulta, más grave si se diera en el mismo acto electoral del 5 de febrero del 2023 —por lo menos doce papeletas, cuatro de elección y ocho de consulta, con textos extensos en lo relativo a los temas consultados—.

Para antes del acto electoral del 5 de febrero, con candidatos a elegir, el tiempo viene corto; para después, los votos podrían ser coletazos del proceso electoral. (O)