El Ph. D. Fernando D’Alessio es conocido regionalmente por su aporte al conocimiento científico del liderazgo, no por nada sus libros de planificación estratégica se encuentran entre los más vendidos y citados en áreas de estrategia, operaciones, relaciones internacionales y administración. D’Alessio llevó a cabo la primera investigación científica sobre liderazgo en Latinoamérica, lo que motivó la necesidad de replicarla a nivel local con autorización y respaldo del reconocido experto.

La clave de un mejor liderazgo podría encontrarse en la selección de directivos que se caractericen por tener una alta “amabilidad”

Los grupos de investigación científica contamos con talento diverso, con fortalezas y antecedentes distintos, donde todos aportan con su propia perspectiva en la correcta recolección e interpretación de los hallazgos. Una investigación, para que logre el impacto deseado –es decir, aquel trabajo cuyo objetivo es aportar con nuevas perspectivas mientras da continuidad– debería basarse en experiencia previa y D’Alessio fue el mentor que compartió su conocimiento para que nuestro equipo dé respuesta a la interrogante “¿cómo es el perfil del líder ecuatoriano?”. El contexto: reconocer el estilo de liderazgo más practicado e identificar los rasgos de personalidad que guían ese estilo de toma de decisiones de las personas que actualmente ocupan puestos directivos en el Ecuador.

Por un lado, se identificó que el estilo de liderazgo más practicado corresponde al “transaccional” caracterizado por monitorear, dirigir. Este liderazgo corresponde a una práctica recíproca entre el líder/directivo y el seguidor/subordinado, pues al existir un buen desempeño del seguidor, el mismo es premiado o caso contrario es amonestado. Evidentemente, este estilo de liderazgo resulta bastante frecuente, guiado por parámetros de rendimiento predeterminados y estableciendo límites sobre el accionar de todos los miembros del equipo mientras se exigen altos estándares y metas por alcanzar.

Por lo tanto, en este país se ejerce predominantemente este estilo de liderazgo porque los líderes encajan en un estereotipo reconocido como ‘idóneo’, con una personalidad que es reflejo de una preferencia de selección por el rango de edad, género, carrera, etc. Pero ¿cómo lograr resultados mejores, más ambiciosos, competitivos e innovadores si seguimos seleccionando directivos que cumplen con un solo perfil tradicional?

Resulta que nuestro estudio identificó que la amabilidad es el rasgo de personalidad que menos influye en la práctica del líder ecuatoriano, lo que también se interpreta como una cualidad con gran potencial en la práctica del liderazgo. La clave de un mejor liderazgo podría encontrarse en la selección de directivos que se caractericen por tener una alta ‘amabilidad’, como aseguran recientes estudios de Harvard Business School. Los directivos amables están predispuestos a la colaboración, con gran empatía, generosidad y facilidad en la resolución de conflictos. Estos directivos saben cómo mantener buenas y duraderas relaciones sociales, además de que su accionar se caracteriza por ser justos mientras comparten el poder (liderazgo transversal) con la práctica de un liderazgo equitativo que empodera e inclusivo que respeta a todos los subordinados. (O)