Si el presidente Lasso no toma una decisión heroica, a través de la potestad constitucional de disolver la Asamblea (art. 148. “… podrá disolver la Asamblea), conocida como muerte cruzada; sin duda un mecanismo constitucional peligroso, pero frente a las circunstancias que vivimos, necesario. De soslayar dicha decisión, simplemente no lo dejarán gobernar, la conspiración es permanente y para el jefe de Estado, con el pasar del tiempo, será más difícil salir de ese campo minado que es la Asamblea. La mayoría legislativa (UNES, ID, PK) que negó el proyecto de ley de inversiones y frente a las gravísimas denuncias de que son “unos chantajistas, ladrones y que piden dinero en efectivo”, con seguridad cerrarán filas frente al peligro de irse a sus casas, no sería nada raro que a esa mayoría se sume el PSC.

De seguir manteniéndose esta situación, puede ocurrir que una mayoría consolidada, invocando cualquier pretexto, eche mano al art. 130 (“La Asamblea Nacional podrá destituir al Presidente de la República…”.) y si ‘sobrevive’ el presidente terminará su mandato sin pena ni gloria, no porque le falte voluntad de servir al pueblo, sino porque no le permitirán gobernar. No le queda otra alternativa. Disuelta la Asamblea, hasta que se realicen las elecciones, el presidente tiene una gran ventaja, gobernar por 90 días a través de decretos-ley, de esa forma expediría leyes a favor del pueblo que demanda con urgencia y que le niega la Asamblea.

El país lo que más requiere es reactivar su economía, crear las condiciones para que vengan capitales frescos y un ambiente de seguridad. El país exige trabajo y seguridad; cómo puede haber seguridad si los instrumentos legales, responsabilidad de la Asamblea, duermen el sueño de los justos, como el Código Orgánico de la Seguridad del Estado (Defensa Nacional, Sistema de Seguridad Interna y Orden Público, Sistema de Inteligencia y Sistema de Gestión de Riesgo), ya casi cuatro años que está en la congeladora de la Asamblea; igual, el proyecto de Fortalecimiento de la Fuerza Pública, presentada en enero del presente año, el presidente de la Comisión dijo que estará listo para el primer debate, recién en mayo.

Al país le cuesta ‘un ojo de la cara’ mantener una Asamblea con 1.317 funcionarios, con 137 asambleístas con un sueldo de $ 4.759, a esto se suman viáticos, pasajes, pago de domicilio, viajes al exterior, etc. 182 asesores nivel 1 con un sueldo $ 3.014 y 148 asesores nivel 2 con un sueldo $ 2.545, solo estos 3 rubros suman $ 1′577.191 para el pago mensual. Para desgracia de este país, la Asamblea ha ido degradándose aceleradamente; se dice que esta es peor que la de los diezmos y de los carnés truchos, simplemente es un lupanar, con asambleístas prepago.

El pueblo está cansado de tanta indolencia, de tanta corrupción y sobre todo de tanta impunidad. El poder ciudadano debe prepararse para castigar en las urnas a los políticos que permanentemente les dan las espaldas a los ecuatorianos, especialmente a los más pobres.

Los conspiradores de la Asamblea y otros desde fuera del país, no duermen, se han convertido en sicarios que con seguridad van a asesinar a la patria. (O)