Los humanos aspiramos a alcanzar certezas. Estas no siempre son posibles, porque los imprevistos que las impidan pueden ser muchos –la muerte, la más grave–. Las prevenciones disminuyen los riesgos.

Un imprevisto más allá de las fronteras es el de la invasión de Rusia a Ucrania, cuyas consecuencias negativas para la humanidad en las zonas de guerra y para las economías dependientes por flujos de negocios que se pierden o interrumpen aún no pueden valorarse, pero serán cuantiosas.

En lo interno del Ecuador, la percepción es que son muchos los espacios en que hay carencia de certezas, más allá de los empeños del presidente Lasso y de su equipo de gobierno.

Una excepción –y muy importante– es la desaceleración y el control del COVID-19, porque hay la certeza de la baja del riesgo, principalmente por los programas de vacunación del gobierno de Lasso.

No se perciben soluciones ante la gravísima crisis de la seguridad social, en que sus prestaciones más demandadas, la de jubilación y la de salud, están agudamente desfinanciadas.

En la atención pública de salud hay riesgos de falta de atención oportuna y de no provisión de medicamentos. El Gobierno anuncia que en las unidades médicas del Estado –incluyendo las de la seguridad social– se extenderán recetas para que se presenten a las boticas o farmacias, a fin de que estas efectúen las entregas de medicamentos a quienes los demandan. La buena intención se evidencia, pero no hay que olvidar el dicho de que “el infierno está empedrado de buenas intenciones”.

Dos son los mayores peligros: uno, que se dé un festín de recetas y se produzca un mercado ilícito de medicamentos; y, otro, que luego no se paguen los medicamentos, ni los que no tuvieron desviaciones, pasando a procesos de auditoría o revisión que nunca concluyan, lo que ha sido la práctica en las derivaciones de pacientes a centros médicos. Entiendo que, a la fecha, aún hay valores pendientes del 2014 y de los años siguientes, siendo de miles el número de expedientes rezagados. Esta práctica, además, es proclive a ofrecimientos de retribuciones ilícitas o demanda de estas.

En el caso de jubilaciones, la mayoría de las pensiones apenas alcanzan para sobrevivir, sin expectativas de que se den mejoras significativas.

Atrasos en los pagos, con los riesgos de corrupción citados, también se dan en otras entidades públicas. Cuando fui rector de la Universidad de Guayaquil, noviembre 1994 - julio del 2004, trámites para pagos no debían durar más de diez días.

El cierre de mercados de compra de banano, flores, camarones y otros productos, así como el encarecimiento de insumos, por la agresión de Rusia a Ucrania, causa gravísima afectación a los sectores productivos. Debe haber programas urgentes para atender la emergencia.

Comprendo los problemas de recursos de las cuentas fiscales, pero el Gobierno debe tener claro que los incrementos reales de cargas tributarias son los mayores que se han dado desde el inicio de la dolarización, el año 2000. Por eso, debe haber transparencia en la calidad del gasto público.

El voto por Lasso el 2021 fue por las expectativas de gobierno eficiente. Su mayor reto es evidenciarlo. (O)