La conozco a través de la pantalla y de los ojos brillantes cuando al referirse sale el nombre de María de Lourdes de la boca de Guillermo. Estoy hablando de Guillermo Lasso y de ese lazo que lo ata a una mujer que es su patrocinadora afectuosa y bastón emocional.
Respetada y admirada María de Lourdes:
Empiezo con estos dos sustantivos abstractos porque en mi mente usted es la representación valiosa de una mujer, de una madre, de una jefa de familia, lo que encierra ser una dama de primera o primera dama y de acuerdo a mis creencias a esa persona se la respeta. Y la segunda condición, la de admirada, es porque al escucharlo a su marido cuando la trae a colación es oír a ese “pelado” de 16 o 19 años que babea por su “amarre” como decimos en el Ecuador, y eso nos gusta a la mayoría de ecuatorianas desde la más arcaica a la más moderna. Nos gusta ser respetadas en la palabra y el tacto, repudiamos el maltrato, la violencia de género y que en el hogar, el trabajo, en las leyes y en los proyectos gubernamentales no seamos integradas y escuchadas.
Estoy aquí porque me agrada saber que mi país tiene una primera familia presidencial sólida, saludable, llena de sonrisas y nietos felices.
Quisiera que interceda en acción para lograr similitud en el resto de hogares.
Cifras muestran el deterioro del mercado laboral por la crisis económica y que se agravó por la pandemia.
Solo dos de cada diez tienen empleo adecuado para alimentar y educar a los suyos; es un reto y objetivo que nuestros hijos estén mejor y puedan llegar a ser mejores que nosotros. Que formen parte de una realidad virtual que ahora marca parte de su preparación.
En Ecuador más de la mitad de las familias no tiene conexión a internet, esa entonces, María de Lourdes, es una educación imposible e injusta.
Usted tiene cinco; yo, dos hijos. Los míos pesaron aproximadamente tres kilos al nacer, pero uno de cada cuatro niños menores de cinco años sufre desnutrición crónica en nuestra tierra.
Miguelito tiene microcefalia, Silvana tiene lupus, Anita fue violada por su papá, Dayana vende flores para comprar cremas para una piel con una enfermedad huérfana. Y hace dos meses, dos hermanitas fueron lanzadas desde el alto muro fronterizo en Estados Unidos por unos traficantes de personas, para poder reencontrarse con sus padres y engrosar el grupo de los 600.000 ecuatorianos que escogieron Norteamérica porque acá en el sur no tenían norte.
Nuestros niños, niñas y adolescentes viven en riesgo latente de ser víctimas de las garras dañinas con fines de explotación sexual.
Usted ahora es la madre de todos. Sus padres le pusieron Lourdes, seguramente en honor a ese milagro a la religiosa Luigina Traverso que peregrinó a Lourdes para buscar remedio a una ciática que le impedía andar. Nada es coincidencia. Usted ayuda a andar a su marido, a Guillermo, al presidente; le reitero mi petición de ser la intermediaria humana, con corazón de madre, para este sistema social inválido.
Con afecto,
Ruth (O)