Endémico significa que una enfermedad siempre se presenta en una población, aunque también puede referirse a una alta prevalencia crónica de una enfermedad en un área o población. Una enfermedad que se hace habitual.

El Ecuador ha cumplido 43 años seguidos de democracia formal que ha vivido el país, el período más largo de toda nuestra historia republicana; en lo externo, ha estado condicionado a la lucha de las grandes potencias por el control del mundo y sus intereses; en lo interno, en este período, la democracia no ha estado exenta de serias amenazas desestabilizadoras, igualmente el crimen organizado internacional, el narcotráfico, el terrorismo, la migración y los males sociales han puesto su parte; a esto se suma la pandemia del COVID-19 que paralizó al mundo con efectos catastróficos en los sistemas de salud, económicos y sociales, con mayor incidencia en los países más pobres.

Este martes se reúnen para dialogar en Quito el presidente de la Corte Nacional y los jueces especializados en corrupción y crimen organizado

Además de lo señalado, existe otro flagelo que conspira contra la estabilidad democrática: la corrupción.

Cuán difícil resulta pedir a los pobres de nuestra América Latina y del Ecuador que crean en la democracia y mantengan su fe en las instituciones del Estado cuando sus líderes, los elegidos por el pueblo para gobernar, exhiben conductas corruptas apropiándose del patrimonio de todos los ciudadanos para su provecho o descapitalizando la riqueza pública en beneficio de sus negocios privados o simplemente robando. La corrupción es un flagelo que niega el derecho de la gente e instala la prebenda, la coima, el cohecho, desarticula la probidad administrativa, niega la honestidad y la corrección en los comportamientos de los servidores públicos y gobernantes y esto, visto por los ciudadanos, promueve la indignación, la ira, la falta de confianza y debilita la democracia; por lo tanto, la corrupción y la impunidad son corrosivas y también subversivas.

... existe otro flagelo que conspira contra la estabilidad democrática: la corrupción.

Los personajes en la lista de la corrupción del Foro de Sao Paulo, ahora mimetizados en el Grupo de Puebla, son muchos y muy notables: son y forman parte de los grupos de poder, se mantiene la sombra de los Castro en Cuba, Chávez y Maduro en Venezuela, Correa en Ecuador, Evo Morales en Bolivia y la inefable pareja Ortega-Murillo en Nicaragua.

Actuación oportuna contra la corrupción

Las declaraciones sobre revocatoria de visas hecha por el embajador de Estados Unidos en Quito son alentadoras: “La Embajada de los Estados Unidos se toma seriamente el tema de corrupción y continuará revisando cuidadosamente las visas ya otorgadas y las nuevas solicitudes de visas. (...) La corrupción amenaza la estabilidad de los países y la seguridad de sus ciudadanos. Impide el crecimiento económico y socava los derechos humanos y destruye la confianza en las instancias. Cabe resaltar que en cada instancia de corrupción pública también hay un socio privado, igualmente involucrado”.

El aporte del académico Aquiles Rigaíl Santistevan en su libro Estrategias para prevenir y combatir la corrupción es oportuno y de suma importancia, “involucra investigación, denuncia y advertencia”, “busca encontrar un camino de fe y esperanza en sus destinos (de los ecuatorianos), dejando atrás la mano tenebrosa, oscura y repudiable de la corrupción”. (O)