El corazón de varias personas puede latir al unísono cuando están atentas a una historia que se les está contando. Y para ello no es necesario que estén en la misma habitación, incluso pueden encontrarse a kilómetros de distancia. Con esta introducción, la publicación www.muyinteresante.es presenta el hallazgo de un reciente estudio realizado en el Instituto del Cerebro de París por la neurocientífica Pauline Pèrez y sus colegas, en el que midieron el ritmo cardiaco de los voluntarios durante una serie de experimentos, utilizando un electrocardiograma.

Partiendo de que “para recordar algo se necesita ser consciente de lo que se está haciendo”, los investigadores explican que nuestros corazones laten al mismo tiempo que el procesamiento consciente de la narración por parte de nuestra mente. “Lo importante es que el oyente preste atención a las acciones de la historia”, señala el neurocientífico Jacobo Sitt. “No se trata de las emociones, sino de estar comprometido y atento, y de pensar en lo que va a pasar a continuación. El corazón responde a esas señales del cerebro”.

Esta lectura me hizo recordar una campaña de comunicación que pasaban por la televisión hace muchos años, en el que una mujer que daba una charla, al percatarse de que un asistente distraía la atención del auditorio, puso énfasis en un detalle que lo llevó a reaccionar. El eslogan era “Cuando te interesa, escuchas”.

Cuán importante es la escucha atenta para comprender lo que el otro nos quiere comunicar. Pero ese acto de escuchar con atención lo que se nos dice solo es posible si hay una motivación para llegar a un entendimiento entre las partes.

Si analizamos desde esta perspectiva los diferentes conflictos político-sociales del momento, se verá como el agua clara por qué no fluyen los acuerdos, tan necesarios, a los que habría que arribar en el país para enrumbarnos hacia mejores días.

El siguiente razonamiento obvio es que debido a que se manejan intereses disímiles entre los actores llamados al diálogo, no es posible encontrar motivaciones que los lleven a un entendimiento consciente en pro de un bienestar común, sobre todo si les reditúa ubicarse en una posición intransigente.

Son varios los temas coyunturales e importantes para los ecuatorianos, como la protesta de un sector de agricultores arroceros o la necesidad de una ley para crear empleos... Hace poco fueron los panaderos y los transportistas quienes manifestaron que les resultaba imposible continuar con sus actividades, sin embargo, no las abandonaron. Por otro lado, el Gobierno y los transportistas parecen haber llegado a un entendimiento en cuanto a la focalización del subsidio a los combustibles.

Las exigencias son habituales al inicio de un reclamo político-social, pero una vez iniciado el diálogo, si la intención de ambas partes coincide en buscar el bienestar común, con seguridad habrá entendimiento. La ciudadanía es perspicaz y logra ubicar a aquellos actores políticos que se oponen por oponerse y que no sincronizan sus latidos con el de la ciudadanía, porque no tienen interés en la historia ni en lo que vendrá. (O)