Sorprende que alguien se reconozca pequeño, débil o que hable de sus derrotas, porque se nos inculca que debemos sobresalir, imponernos sobre los otros, con el objetivo de ‘ser más’, o al menos parecerlo.

Renocerse pequeño, eso es lo que hizo Eduardo Peña Triviño, en su intervención en torno a su reciente libro, Otero, luego que el rector de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil –institución donde se presentó esta semana la obra– hablara sobre la trayectoria de vida del autor, y Melvin Hoyos exaltara, con agudeza y sensibilidad, escogidos pasajes que contienen pinceladas de vida y testimonios de hechos históricos del país, y también cotidianos, en los que tuvo interacción el escritor.

Conecto esa intervención reflexiva del exvicepresidente Peña con la impresión que obtuve del reciente video del ícono de la música pop Christina Aguilera, hija de un ecuatoriano, que está dando de qué hablar en nuestro medio, donde algunos entendidos en materia musical rebaten que la canción No es que te extrañe se trate de un pasillo, como se había dicho (aunque sería preferible que se dedicaran las energías a iniciar un movimiento al estilo #MeToo para visibilizar la violencia intrafamiliar, práctica que se replica generación tras generación con silencio cómplice).

Con expresión sonriente y mirada inquieta, características poco usuales en personas mayores, cuando le cupo hablar sobre su libro, el Dr. Peña confió a los presentes que alguna vez tuvo la pretensión de escribir un resumen del siglo XX, que a su juicio es el siglo más notable de la historia por la cantidad de hechos y descubrimientos significativos para la humanidad que en ese periodo ocurrieron, pero que al revisar el volumen de áreas, datos, materias, autores, hallazgos, investigaciones y repercusiones, se dio cuenta de que era una tarea colosal, y hubo de reconocer que en realidad somos muy pequeños en cuanto a lo que alcanzamos a conocer y a comprender.

Añado yo que para darse cuenta de aquello hay que haber explorado harto, tener sensibilidad para autoconocerse y coraje para expresarlo.

Considero que igual cosa ocurre el valiente paso dado por Christina Aguilera, una versátil artista, cantante, actriz, productora y empresaria estadounidense, que luego de consolidar su fama en la música pop en Estados Unidos, a partir del año 2000 empezó a conquistar al público latino con sus grabaciones en español. Se podría pensar que alguien de esa talla no necesita exponer sus costuras, pero en su más reciente material ha revelado que comparte, tal vez con millones de personas, una historia de violencia intrafamiliar.

Una de las estrofas de la canción que trata sobre la relación con su padre, un militar que golpeaba a su esposa, dice: “No es que te extrañe, / pero es que tengo miedo a que pasen los años / y no te diga que ya entendí el pasado, / si fuiste ausente y callado / fue porque también a ti alguien te hizo daño”. Y con un fragmento hablado concluye: “es mejor perdonar… a los que nos hicieron daño y hasta a los que nos han lastimado, para poder encontrar la paz dentro de nosotros”.

Sean bienvenidos el conocimiento íntimo y las obras que nos llevan a reflexionar. (O)