La alegría que sentimos los ecuatorianos por la clasificación de nuestra selección al Mundial de Fútbol se ve empañada por las denuncias sobre la presencia de narcos manipulando los resultados de los partidos.
Miles de dólares por una jugada, asesinatos y amenazas de muerte describen la crítica situación que está atravesando este deporte en nuestro país. Tras los resultados de los partidos se revelan apuestas ilegales manejadas por mafias violentas vinculadas al crimen organizado.
El futbolista Jonathan González, de 31 años, murió en Esmeraldas tras recibir un disparo en la cabeza. Sus familiares dicen que días antes mafiosos le pidieron que perdiera un partido, lo cual no sucedió.
Al crimen de González se suma la muerte de Maicol Valencia y Leandro Yépez. Según su club el ataque no estaba dirigido a ellos, pero no se descarta que también sean víctimas de las mismas mafias. Otro jugador, tras ser agredido brutalmente antes de un partido denuncia que ha tenido que salir del país por amenazas de muerte contra él y su familia.
Las propuestas para manipular los partidos no solo están dirigidas a los jugadores, sino también a los clubes y sus dirigentes. Universidad Católica ha denunciado un ofrecimiento para amañar el partido ante Liga de Portoviejo. De igual forma, el Deportivo Quito denunció un intento de amaño antes del sorteo de los dieciseisavo de final de segunda categoría. Otro de los clubes mencionados es el Chacaritas. Uno de sus directivos denunció que le ofrecieron 20.000 dólares por perder un partido.
En esta violenta trama estarían involucrados no solo jugadores que por el dinero o por miedo aceptan los sobornos, sino clubes y dirigentes en complicidad con extranjeros que manejan casas de apuestas a nivel internacional. La Policía y Fiscalía han iniciado las investigaciones. Estas apuntan a que las apuestas ilegales que afectan al fútbol profesional estarían vinculadas a grupos de delincuencia organizada.
De su lado, la LigaPro en un informe preliminar revela al menos cinco partidos sospechosos entre clubes de la segunda división, tras detectar amaños y apuestas ilegales. Este escándalo ha puesto en duda su competencia y la de sus dirigentes para asegurar la integridad del deporte y la seguridad de todos quienes juegan al fútbol.
Un reciente informe de la ONU, que incluye a Ecuador, advierte sobre la presencia del crimen organizado en el fútbol ecuatoriano.
La corrupción en el deporte, según el informe, se estaría volviendo más sofisticada. En el mundo precisa estas mafias mueven hasta 1,7 billones de dólares en apuestas ilícitas y lavado de dinero.
El júbilo que nos transmitían los partidos de fútbol ahora se ha convertido en un escenario de terror en el que mafiosos se han tomado las canchas para convertir al deporte más popular del país en propiedad del narcotráfico.
Quienes amamos el fútbol esperamos que para blindar la sanidad del deporte se castigue severamente a los responsables, se proteja a los jugadores y se genere una regulación más estricta sobre las apuestas. (O)