Daniel Noboa se ha convertido en el presidente más joven del Ecuador y de Latinoamérica. Tiene 35 años, siete años menos que Nayib Bukele, el presidente de El Salvador y que hasta ahora era el mandatario más joven.
En el Ecuador, la gente joven constituye la mayoría de la población. Noboa es parte de los más de 7 millones de ciudadanos que tienen entre 16 y 40 años de edad. Su voto definitivamente ha impactado en los resultados electorales.
Son jóvenes que buscan un nuevo futuro, que permita al país explorar nuevos rumbos alejados de viejas figuras y broncas inútiles. Así, muchos de ellos vieron en Noboa al líder que dirigirá al país de una manera diferente, desde la libertad, promoviendo el desarrollo social, económico y personal.
Noboa los entendió y apuntó a conquistar este electorado y con ellos ganó las elecciones.
Ahora lo difícil será reconstruir este país para convertirlo en un lugar en el que ellos quieran vivir y se sientan orgullosos de hacerlo.
Difícil problemática la que le espera. La situación de los niños y jóvenes en el Ecuador es dramática. Datos proporcionados por el Ministerio de Educación revelan una tasa de abandono escolar del 2,11 % a nivel nacional entre 2021 y 2022. Por su parte, la Unión Nacional de Educadores revela que hasta julio de 2022 un total de 195.000 niños, niñas y adolescentes, con edades entre 5 y 17 años, abandonaron sus escuelas y colegios. En el ciclo 2023-2024, en cambio, la cifra de alumnos matriculados ha sido la más baja de los últimos seis periodos académicos.
La deserción responde a la falta de dinero, problemas familiares, malas calificaciones, trabajo, embarazo adolescente, entre otras causas.
Los jóvenes que tienen entre 15 y 24 años, que dejan las aulas, se convierten en ninis, un término que hace referencia al grupo de jóvenes que ni estudian ni trabajan, convirtiéndose en un capital humano desperdiciado e improductivo, que no les permitirá salir de la pobreza ni de los problemas sociales, emocionales y psicológicos. En el Ecuador, según la Cepal, llama la atención el incremento en la cifra de ninis. A junio de 2022, el 18,5 % de jóvenes ecuatorianos en estas edades son ninis. Ni estudian ni trabajan.
En este entorno nuestros niños, niñas y jóvenes se convierten en presa fácil del crimen organizado y la delincuencia que hoy constituye el principal problema de los ecuatorianos, lo que aumenta los riesgos para ellos y para la sociedad en su conjunto.
Un informe de la Policía Nacional revela que entre enero y junio de 2023 1.326 niños y adolescentes de 12 a 17 años fueron detenidos por sicariato, robo, tenencia ilegal de arma y microtráfico, entre otras causas. Se conoce que los integrantes de las bandas recorren los barrios pobres de las ciudades en busca de niños y adolescentes a quienes seducen con dinero y drogas para que integren sus grupos armados.
Reconocer la importancia de la educación para el desarrollo personal y del país no es nuevo. Los niños, niñas y adolescentes, al estar fuera del sistema educativo, no tienen futuro. Hay que recuperarlos.
Noboa es su esperanza. (O)