Cuanto más atrás puedas mirar, más adelante verás, afirmó Winston Churchill, una reflexión muy valiosa que nos podría ayudar a encontrar la ruta de navegación en los turbulentos momentos que vivimos. Entre 1910 y 1914 el espíritu de la revolución bolchevique socialista rondaba Europa, algo similar a lo que hoy pasa en América Latina.

Churchill, el estadista, era un conservador que tenía claro que “el único modo de que las cosas queden igual es conseguir que cambien”, dicho de otra forma, un Estado que no tiene capacidad de cambio carece de medios de conservación. En ese sentido afirmó que el sistema capitalista es el cimiento de la civilización y el único modelo en que pueden atenderse las necesidades vitales de la población. De igual manera dijo con absoluta crudeza: “El socialismo es la filosofía del fracaso, el credo a la ignorancia y la prédica a la envidia; su virtud inherente es la distribución igualitaria de la miseria”.

Winston Churchill fue un gran reformador social de Gran Bretaña, su propuesta de capitalismo con rostro humano fue similar a la propuesta de un capitalismo consciente de John Mackey, cofounder y CEO de Whole Foods Market. Sus reformas contra el desempleo y los salarios bajos fueron criticadas en su momento, sin embargo, Churchill logró que coexistan con igual importancia la grandeza del país, el poder de la ciencia y la tecnología y el libre comercio, indispensables para mejorar las condiciones de vida; conjuntamente con la necesidad de proteger en corto plazo el bienestar del pueblo, es lo que el político y periodista británico Boris Johnson llamó el “Factor Churchill”, título de la novela que escribió con motivo del cincuentenario de su muerte.

A esta capacidad de tener los pies sobre la tierra a la vez que soñar y actuar en grande para hacer próspero a Gran Bretaña, mejorando la capacidad bélica del ejército para protegerla de la amenaza bélica hitleriana y mejorando la capacidad social del Estado frente a la amenaza interna del descontento social. Por eso, Churchill atrajo tanto a personas cuyo pensamiento estaba a la derecha como a la izquierda y dotó al país de un liderazgo sólido para enfrentar un momento crucial de su historia. En lo personal, fue el líder que la gente pudo comprender y apreciar, tuvo la capacidad de identificarse con la gente y la gente se identificó con él. Fue encantador y admirable, fue campechano y jocoso a la vez que intelectualmente profundo, pero sobre todo con carácter y osadía para decidir y hacer lo que tenía que hacerse. Fue un líder con talento retórico para insuflar valor, pero a la vez con talento de ejecución para lograr resultados con agilidad.

No se puede ganar ninguna guerra sin correr ningún riesgo, afirmó Churchill, la realidad un siglo después es muy similar, no se pueden generar en nuestro país grandes transformaciones sin correr ningún riesgo.

La adversidad crea oportunidades, pero el modo en el que se abordan los peligros es crucial para el éxito. Los líderes como él y sus propuestas están llamados a surgir en los momentos turbulentos de la historia, y nosotros debemos aprender a reconocerlos y apoyarlos cuando se den. (O)