“Me dijeron que en el Reino del Revés/Nadie baila con los pies/Que un ladrón es vigilante y otro es juez/Y que dos y dos son tres...”.

He citado una estrofa de la canción infantil titulada El reino del revés, de autoría de la inmortal poetisa, escritora, dramaturga y cantautora argentina María Elena Walsh, que seguramente una gran cantidad de lectores la habrán escuchado y cantado en su infancia o en la de sus hijos o nietos, para graficar como están algunas cosas en el Ecuador: al revés.

Me refiero al escándalo que ha copado amplios espacios en la prensa local e internacional, relacionado con la designación del representante del Ecuador en ciclismo para los Juegos Olímpicos de París.

Un rey ecuatoriano

Richard Carapaz, joya de la verdadera ‘Generación Dorada’ del deporte de Ecuador: Los Cuatro Fantásticos del ciclismo

Quiero aclarar, de entrada, que no tengo el gusto de conocer personalmente a ninguna de las personas envueltas en este “ciclisticidio” (tomando prestada una pizca del humor del eterno Tres Patines). Esto, para ahorrarles la búsqueda a quienes pudieren sentirse afectados por mi opinión.

Ya entrando en materia, la historia deportiva del Ecuador es bastante modesta, con contados éxitos internacionales. Quien sostenga lo contrario está en su derecho, pero más allá de la emoción, basta solo contar medallas y campeonatos para confirmarlo.

También debo decir que esos contados éxitos nos llenan de orgullo: Pancho Segura, Andrés Gómez, Jefferson Pérez, Richard Carapaz, Neisi Dajomes, Alberto Spencer, Antonio Valencia, Álex Aguinaga, Liga de Quito, entre otros, son la columna vertebral de nuestra historia deportiva.

Entre todos ellos, las medallas olímpicas tienen un lugar muy especial por lo que representan.

Lo que ha conseguido Richard Carapaz para la gloria del Ecuador no tiene parangón en la historia del ciclismo ecuatoriano. No solo la medalla de oro en los últimos Juegos Olímpicos, sino además el Giro de Italia y ahora, el “Rey de la montaña” del Tour de Francia.

‘Ausencia de Richard Carapaz en Juegos Olímpicos generó una lluvia de palos, pero la gente habla desde el desconocimiento, sin criterio técnico’, dice Santiago Rosero, presidente de la Federación Ecuatoriana de Ciclismo

Es decir, no cabe la menor duda que su calidad y alto nivel competitivo están intactos y listos para más gloria. Sin embargo, en el reino del revés del ciclismo ecuatoriano, el representante del país para los juegos olímpicos no es el actual campeón olímpico. Dudo mucho de que en cualquier país medianamente ¡normal!, algo así ocurra. Esto es, que el actual campeón olímpico, plenamente vigente en salud y nivel competitivo no pueda asistir a defender su medalla de oro. Por el contrario, se ha preguntado usted, amigo lector, ¿cuántos países quisieran tener un Richard Carapaz para estas olimpiadas?

Es por esa misma razón que el ministro del Deporte intentó persuadir a las autoridades de la federación del revés para que Carapaz pueda asistir a la justa olímpica. Pero de acuerdo con la normativa internacional que impide que los Estados interfieran en las decisiones del olimpismo local solo pudo llegar hasta allí.

Seguramente existirán argumentos técnicos que pretendan justificar tamaño despropósito. Al final, el papel aguanta todo. Lo cierto es que la inasistencia de Carapaz a los Juegos Olímpicos de París nos avergüenza como país. Ojalá haya un cambio de rumbo en la dirigencia del ciclismo ecuatoriano. (O)