No existe información oficial sobre el comportamiento agrícola del fenecido año para continuar la onda de análisis de nuestro artículo anterior, cuando sustentábamos que lo agrario fue el gran puntal que impidió el fracaso económico de Perú, manteniéndolo firme a pesar de la turbulencia política. Son los gremios ecuatorianos que proporcionan con regularidad datos de la balanza comercial, esta vez solo hasta octubre o noviembre, como los que manejan la Federación de Azucareros y asociaciones bananeras AEBE y Acorbanet, aunque con poca difusión. De ellos se extrae que la balanza comercial no petrolera resultó favorable con un saldo positivo de 2.558 millones de dólares hasta octubre del 2022, superando los guarismos hidrocarburíferos.

El país no tuvo el éxito de sus vecinos, no cuenta con muchos productos líderes en el mercado mundial, solo exhibe al banano que se mantiene en la primera posición, aunque ha cedido el centro nacional al camarón, cuyos deslumbrantes logros enceguecieron tanto al régimen que eliminó a algunas empresas el subsidio al combustible cuando debió no solo mantenerlo sino ampliarlo a las musáceas exportables. Otros bienes, como flores de corte y banano, redujeron su presencia. Aun así, la báscula agroalimentaria se mantiene positiva ayudada por valores insignificantes de las importaciones al campo, baja inversión extranjera tan importante para el desarrollo, creación de empleo y abatimiento de la pobreza.

Contratos para la exportación de banano continúan en la incertidumbre. MAG habría dado prórroga hasta el 15 de enero

La falta de apoyo se volvió crítica, desde el punto de vista político el sector dejó de ser prioritario como le señalaba la añorada Constitución de 1998, en virtud de esa norma suprema se lograron operaciones crediticias foráneas para fortalecer la investigación agrícola y la transferencia tecnológica, gracias a ella se realizó el último censo agropecuario impulsado por gobiernos sucesivos sin observar banderías, aspecto que se agravó en el pasado periodo cuando organismos como Iniap y Agrocalidad redujeron su accionar por insuficiente presupuesto.

Se irrespetó la promesa presidencial que se comenzaría a trabajar con ahínco por una variedad resistente al Fusarium en plátano y banano, sin que se conozcan sus avances, ahora agravado por la presencia de una bacteria maligna tan grave como ese hongo, llamada comúnmente moko, que campea en los plantíos del país; en tanto, el mortífero mal continúa acechando desde plantaciones contaminadas peruanas y colombianas.

Dinamismo comercial entre Ecuador y Rusia está en declive debido al conflicto de ese país con Ucrania, el banano es uno de los principales productos de exportación afectados

Profundizó la tragedia sectorial la invasión rusa a Ucrania al interferir la logística de colocación regional de frutas, con alzas de costos de insumos y fletes, mientras recrudeció el embate de la delincuencia rural tan dañina como la urbana, con asaltos, robos de maquinarias y equipos de alto valor, cuya reposición es impactante, sin que las autoridades hayan sido eficaces para evitar esos delitos que perjudican la capacidad competitiva ecuatoriana.

Lo desesperante es que los presupuestos asignados a las actividades productivas agrícolas para el 2023, se han reducido siguiendo la tendencia de años anteriores, lo cual rebela que las posibilidades de revertir lo acontecido en el 2022 se vislumbran muy lejanas. (O)