El Acuerdo de París, como aporte de las Naciones Unidas sobre el cambio climático constituye un hito en los esfuerzos internacionales para combatir este problema. Su objetivo central es limitar el aumento de la temperatura global a menos de 1,5°C respecto a los niveles preindustriales, y se distingue por su enfoque inclusivo y flexible, involucrando a todos los países, independientemente de su nivel de desarrollo. Una de las principales características del Acuerdo es su enfoque basado en las contribuciones nacionales determinadas, pues cada país es responsable de definir y comunicar sus compromisos climáticos, que deben ser revisados y fortalecidos cada cinco años. Esta dinámica busca asegurar que los esfuerzos colectivos sean suficientes para cumplir con las metas de temperatura. Además de la limitación de la temperatura global, también incluye la adaptación al cambio climático y el apoyo financiero a los países en desarrollo, como por ejemplo el fondo verde para el clima que ofrece 100 millones de dólares, para el uso de los países subdesarrollados. Estos elementos son esenciales para crear un enfoque integral que no solo apunte a reducir las emisiones, sino también a aumentar la resiliencia frente a los impactos ya inevitables del cambio climático.

Orden y hegemonía mundial

La irrupción de nuevos liderazgos ante la crisis de autoridad

La transferencia de tecnología es un componente fundamental, especialmente para los países en desarrollo que enfrentan mayores desafíos en la lucha contra el cambio climático. El acceso a tecnologías limpias y sostenibles es crucial para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y adaptarse a los efectos del cambio climático. Para ello, se establece la creación de un sistema de cooperación que facilite la transferencia de tecnología, promoviendo tanto el acceso a tecnologías existentes como el desarrollo de nuevas innovaciones. Los países desarrollados tienen la responsabilidad de proporcionar apoyo financiero y tecnológico. Esto no solo se limita a la transferencia de tecnologías, sino también a la creación de capacidades locales, la capacitación y la mejora de infraestructuras. A través de estos mecanismos, se busca fomentar la innovación y el desarrollo de soluciones tecnológicas que sean adecuadas y accesibles para las realidades de cada nación. Hoy, son pocos los países que tienen responsabilidad ambiental, inclusive vemos como EE. UU. abandona este acuerdo y probablemente en su ambición de dominar el mercado, puede aumentar sus niveles de emisiones. El cumplimiento de las metas climáticas depende en gran medida de la voluntad política y de la capacidad de los países para implementar sus compromisos. Además, la transferencia tecnológica enfrenta obstáculos como las barreras comerciales, la falta de financiación adecuada y la necesidad de desarrollar capacidades locales en los países receptores.

Este aspecto debe ser considerado en el Ecuador cuando se realice la planificación petrolera, eléctrica, de movilidad e industrial, para de esta manera aportar y contribuir a reducir el impacto de los fenómenos naturales, sobre todo en un país en donde el que llueva o no llueva implica una tragedia para los sectores sociales. (O)