¿Sería una buena idea patear el tablero? ¿Cuándo hacerlo? ¿Cómo hacerlo?

En las empresas se tiene claro que cuando los gastos superan por mucho los ingresos, hay que analizar actividad por actividad, es el momento de volver a justificar todo y hacer un nuevo presupuesto desde cero. Eliminando todo aquello que no agrega valor al propósito o las metas.

Cuando los ingresos se reducen drásticamente y no alcanzan a pagar la nómina, es el momento de analizar cargo por cargo y llevar el organigrama a un tamaño viable.

Cuando la rentabilidad del negocio no da más, se hizo todo lo que se pudo; es momento de asumir la dura realidad y migrar el negocio: venderlo, cerrarlo y comenzar de nuevo.

Cuando en un mercado las ventas decaen sostenidamente pese a las estrategias comerciales, cuando los productos no emocionan; es el momento de dejar por lado todo lo que creemos de los clientes y volver a entender a profundidad lo que realmente necesitan, para salir con una propuesta innovadora de productos y servicios.

Cuando hay ineficiencias brutales y la productividad es baja, es el momento para dejar de hacer mejoras cosméticas, abandonar la forma anterior de hacer las cosas y volver a diseñar de cero los procesos y acudir a una tecnología nueva.

También se da en el ámbito individual, cuando una persona se siente incómoda por mucho tiempo con alguna faceta de su vida es el momento de hacer un cambio significativo a la misma.

Llegó el momento de reconsiderar

Ni qué decir de un gobierno, cuando este se ve agobiado por problemas que parecen no tener salida, es el momento de probar decisiones radicalmente distintas.

En general, cuando lo que está en juego es muy grande y el fracaso es inminente, cuando la realidad cambia y las cosas llegan a un límite inaceptable, cuando es insostenible e inviable lo que hacemos para lograr los objetivos y nada de lo que hemos probado funciona; entonces llegó el momento de “patear el tablero”.

“Patear el tablero” no consiste en lanzar objetos, dar golpes sobre la mesa o presentar conductas antitéticas, agresivas e irrespetuosas; es una metáfora que equivale a abandonar súbitamente el statu quo, lo que hemos hecho o probado antes con mucha energía y firmeza. “Patear el tablero” es una estrategia que implica superar y/o romper esquemas, modelos y paradigmas para transformar la realidad.

Quien patea el tablero reconoce que, en el actual orden de la vida, la familia, la empresa, la política o cualquiera que esta sea, las opciones de victoria se perdieron y la única salida posible es darle una vuelta radical de 180 grados. Quien patea el tablero se libera de intereses, de paradigmas previos y miedos paralizantes; y acoge con valentía, humildad y generosidad las experiencias y recomendaciones de quienes le proponen nuevos esquemas, modelos y paradigmas.

¿Queremos que surja una nueva realidad en el 2023? ¿Por qué no patear el tablero? , diría el filósofo francés Voltaire. Patear el tablero luce hoy como la única salida posible a muchos de los problemas que nos acogen para llegar a un futuro distinto, hacerlo con agilidad, inteligencia y transparencia hacia los involucrados es clave. (O)